Revista Opinión

Urdangarín, un presunto de guante blanco

Publicado el 18 diciembre 2011 por Rgalmazan @RGAlmazan

El culebrón Urdangarín sigue su curso. Las entregas salen a diario, bien en El Mundo o en Público, o en los dos. Ahora también en El País, se ve que es una mina. Como quiera que nos están dosificando los detalles, no se sabe cómo podrá terminar esto. Lo que sí sorprende es ver que Urdanga, el “pobre indignado”, sigue tan pancho con la que está cayendo, sin imputación, a pesar de que su segundo en la trama, Diego Torres, lo está desde hace seis meses.

Cada día, algo nuevo. ¿Qué habrá mañana? Este semana se ha conocido un episodio que sonroja al más pintado, este tipo ha utilizado una ONG de niños discapacitados y con cáncer, para llenarse los bolsillo, como quien respira.

Ayer se conoció que el rey se dio cuenta de su enriquecimiento en 2006 y le sugirió que se largara “a hacer negocios” fuera de España (un asesor del rey vio las irregularidades y le sugirió dejar la presidencia de Nóos y a la infanta la vocalía que ostentaba, y, posteriormente, que se alejara de España, cosa que no hizo hasta dos años después). Y hoy más, resulta que el tipo pedía un canon anual a las empresas para “mantener y aumentar” su imagen. O sea que era capaz de vender aire podrido y como era quien era, se lo compraban.

¿De dónde salió este tipo? dicen que tenía un currículum sobresaliente. Presumía de hablar cuatro idiomas y parece que son dos, que tenía la carrera de económicas, pero no la acabó. Hijo de banquero y de aristócrata –una mezcla explosiva, entre el dinero y el saber vivir del aire—, ha llegado a alcanzar la gloria del dinero y de la indecencia gracias al braguetazo real.

Urdangarín portada Jueves

Pero ahí sigue, sin estar imputado. Todo hace pensar que le imputarán, pero ¿a qué esperan? ¿a que atraque un banco? ¿Por qué dicen que la Justicia es para todos igual? Cuanto menos, para el yernísimo real, es mucho más tardía, por no hablar de las implicaciones de la infanta, vocal de Nóos y socia al 50% de la empresa a donde iba a parar el dinero.

Día a día, vemos como crece su “presunto” delito (tiene guasa que haya que decir presunto, con todo lo que se sabe) y la Justicia sigue sin verlo claro.

Ha sido apartado de los actos oficiales, aunque nos felicite las Pascuas –¡tiene narices!—, retirado de la familia real en el Museo de Cera, está claro que el único individuo que no ve motivos para imputarle con lo que se sabe es el juez instructor.

Basta ya. Que sea imputado de una puñetera vez y que devuelva el dinero que ha “presuntamente” robado. Dinero público en su mayoría. Que ya está bien de llamar presunto a un claro delincuente, por muy real que sea.

Salud y República


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