Al sureste de Valladolid, por la carretera N-VI, cerca de Peñafiel, surge Ureña, un minúsculo pueblo fortificado que conserva en pie parte de sus murallas. La sorpresa llega cuando el viajero traspasa las viejas y bien conservadas fortificaciones (siglo XIII) que han contemplado en la historia y aún se mantienen enhiestas como un viejo guerrero que se resiste a morir. Entonces, el viajero descubre que en este menudo pueblo de apenas 200 habitantes existe más de una decena de librerías de viejo que reciben visitas y peregrinaciones de turistas cultos. Ureña es la primera Villa del Libro de España, uno de los lugares no turísticos a priori con historia de Valladolid, y que apasiona nada más conocerla.
Se trata de un auténtico viaje al pasado que además supone un recorrido por la historia de la cultura de la villa amurallada más importante y mejor conservada de la provincia de Valladolid. No en vano está declarada Conjunto Hitórico Artístico. A lo largo y ancho de la localidad castellana el viajero se irá encontrando con 12 establecimientos relacionados con el libro perfectos para encontrar ejemplares antiguos o descatalogados. O también para realizar actividades relacionadas con el mundo del vino, la caligrafía, la tauromaquia o la encuadernación, entre otras.
Murallas y castillo de Ureña./Lourdes Cardenal
Aparte del estrecho vínculo que mantiene con el libro, Ureña no está exenta de una historia rica en pasado. El origen de su nombre es prerromano (significa agua que mana) y en esta zona se asentaron tribus de vacceos. Llegó luego la romanización a principio de nuestra era y fue cristianizada en el siglo X. Ureña se convirtió en cabeza de Infantado de Valladolid en los siglos XII al XIV, con el rey Sancho II de Castilla. Su hermana Doña Urraca cuidó y habitó Ureña. Más tarde, Alfono VII concedió a su hermana Sancha Raimúndez el Infantado de Valladolid, con el dominium de las villas de Medina de Rioseco, Castromonte y Urueña, las tres en plena frontera de los reinos de León y de Castilla.
Ureña, plaza fuerte de la Merindad de Valladolid, se encuentra encaramado en las primeras estribaciones de los Montes Torozos y desde esa privilegiada atalaya vigila los dilatados trigales que se pierden en el horizonte castellano leonés, como un mar amarillo, la Tierra de Campos. Desde fuera Ureña apenas se diferencia de las decenas de ensimismadas villas de medievales que el viajero descubre en Castilla.
El pueblo en sí se recorre pronto: un par de iglesias y casas de piedra o adobe algo trasteadas. Sin llegar al agotamiento. En un noble caserón (del siglo XVIII) con escudos episcopales y patio el viajero encuentra el Centro Etnográfico de la benemérita Fundación que dirige el músico y etnólogo Joquín Díaz. Es a la vez un centro de investigación y un museo que contiene antiguos instrumentos musicales, una colección de fonógrafos, otra de campanas y otra de papeles volanderos.
Iglesia de la Anunciada./Lourdes Cardenal
En la vecindad de Ureña se alza la iglesia de la Anunciada (siglo XII), de estilo románico catalán, con los típicos arquitos y bandas lombardas. Y no podemos olvidarnos de la iglesia renacentista de Santa María del Azogue. Tampoco de la iglesia de la Asunción ni de su castillo, que está bastante arruinado y ha servido durante muchos años como cementerio.
Vivió tiempos mucho mejores, pues fue una fortaleza muy importante al formar línea fronteriza entre los reinos de Castilla y León. En el castillo vivieron personajes importantes de la historia de España, como doña María de Padilla, amante de Pedro I el Cruel. Otros estuvieron presos, como la princesa de Portugal doña Beatriz o el conde de Urgel Jaime II.
Su original Centro e-LEA (espacio para la Lectura, la Escritura y sus Aplicaciones) es otro aliciente para el viajero en su visita a Ureña. Se trata de un espacio cultural de más de 1.200 metros cuadrados que alberga una biblioteca especializada, talleres, un jardín, una sala de exposiciones y un salón de actos… además de un exposición permanente dedicada a la historia del libro, como no podía ser menos.
Calle Real./Lourdes Cardenal
Como referente cultural de primer nivel, Ureña se ha transformado en escenario de presentaciones de libros, lecturas públicas y cursos de caligrafía, ilustración y encuadernación. Además, en fechas destacadas como el Día Internacional del Libro (23 de abril), la villa vallisoletana sobresale por el elevado número de actividades culturales que organiza: conferencias, mesas redondas, cuentacuentos, conciertos o talleres varios. Ureña es uno de esos lugares con historia aunque no sea de batallas, tratados, personajes, sino de cultura: letras y libros en estado puro.
Aparte de Ureña, existen en Europa otros pueblos más o menos diminutos que se han invertido en santuarios de librerías de viejo notables: Hay on Wine (País de Gales), Wrington (Inglaterra), Montolieu (Francia), Damme (Bélgica), St. Pierre-de-Chages (Suiza); Montereggio (Italia) o Sysma (Finlandia)
Dónde dormir: Casa Rural de los Ilustres; La Parra, 24; Ureña (Valladolid); teléfono: 626847133; [email protected].
Dónde comer: Restaurante Los Lagares; Catahuevos, 6; Ureña (Valladolid); teléfono: 983717033; [email protected].