Foto de las Urgencias del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, publicado en elplural.com
Siempre por estas fechas los servicios de Urgencias de los Hospitales en España se colapsan.
Los pasillos llenos de camas, goteros y pacientes son todo un clásico, y como el anuncio de la navidad nunca pueden faltar.
Las televisiones y periódicos se hacen eco de la noticia.
Es el momento para pedir mejoras tanto de infraestructuras como de personal. Incluso los más osados aprovechan esta coyuntura para sugerir que el origen del mal puede radicar en que no existe una especialidad de Urgencias.
Pues eso está muy bien, siempre he pensado que las oportunidades son para aprovecharlas.
Pero ¿dónde se encuentran los profesionales de Atención Primaria? ¿por qué el protagonista siempre tiene que ser el Hospital? ¿no se colapsan también las Urgencias de Atención Primaria?
Creo que al igual que la formación durante la especialidad cojea, la atención primaria está herida de muerte.
Se necesita ya, impostergablemente una Atención Primaria fuerte y flexible para adaptarse a los cambios, ajustarse a la población y sobrevivir en estas épocas del año.
Si yo pido cita a mi médico de familia y me la dan para dentro de 10 días, obviamente no esperaré hasta esa fecha. Y colapsaré los servicios de Urgencias tanto Hospitalarios como extra-hospitalarios.
Sí, este también puede ser nuestro momento para reclamar más profesionales de refuerzo en Atención Primaria, más infraestructuras, más centros de salud, habilitar más consultas en esos estupendos centros blancos (que cada vez se parecen más a los hospitales) o aumentar la inversión en tecnología que mejore las comunicaciones entre Atención Primaria y Hospitalaria.
Pero ahora no solo es el momento de pedir. También es el momento de dar.
Si sabes que en esta época del año aumenta la demanda, si sabes que tienes una lista de espera de una semana, si eres uno de estos compañeros que no toma ninguna medida, reflexiona un momento:
¿No podrías empezar tu consulta a las 8:00 en vez de a las 9:00?
¿No podrías dejar sólo un día de la semana para las sesiones clínicas?
¿No podrías dejar a los visitadores médicos para el final de la mañana?
¿No podrías disminuir temporalmente el número de tiempo destinado por paciente en consulta?
¿No podrías salir a tu hora sin necesidad de que nadie te controle?
Está bien quejarse, levantar la voz y aprovechar las oportunidades, pero también es el momento de poner de nuestra parte.
Dejar de echar la culpa a los que ocupan esos sillones de Directivos, Comisiones o Gerencias (que sin duda alguna son responsables de gran parte del problema) y aportar desde nuestra consulta unas medidas temporales para afrontar esta época del año.
Tal vez haya otros intereses, y que funcione mal un servicio, sin duda beneficia anheladas reclamaciones. Y por supuesto, cuanto peor funcione lo público, más demanda tendrá lo privado.
Pero estamos hablando de pacientes, estamos hablando de enfermedades que avanzan y se complican.
Situaciones excepcionales, (a falta de medidas excepcionales por la administración), requieren de profesionales excepcionales.
La atención primaria necesita un cambio, y todos podemos ser partícipes de ello.
J.M. Salas
(la esencia de este post estará incluido en un capítulo del libro Con Tinta de Médico, diario de un Médico adicto a las Urgencias).