Jiangmen, Guangdong, China – La ciudad de Jiangmen, en la provincia sureña de Guangdong, amaneció este fin de semana cubierta por una densa niebla blanca que envolvió calles, edificios y barrios residenciales. Lo que muchos confundieron con una inusual bruma otoñal resultó ser una operación masiva de fumigación ordenada por las autoridades chinas ante una alerta sanitaria por un brote de chikungunya, virus transmitido por mosquitos que ya ha infectado a miles de personas en la región.
Tambien Puede Interesarte:Escándalo en una escuela de Rosario: una docente le dijo a una alumna venezolana “Vuélvase a su país”Según confirmaron fuentes oficiales y reportes independientes, el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC chino) desplegó un amplio dispositivo que incluyó drones, camiones cisterna y aviones de bajo vuelo para rociar insecticidas en zonas urbanas y rurales. Las imágenes difundidas en redes sociales muestran la ciudad cubierta por una “nube química”, que obligó a los residentes a permanecer en sus hogares.
Tambien Puede Interesarte:Bobbi Althoff pide entrevistar a Donald Trump tras detención de un amigo por el ICE“Fue como si Jiangmen se hubiera sumergido en una nube tóxica. No podíamos ver a más de diez metros”, relató Li Wei, un taxista local, en la red social Weibo. “El olor era fuerte, pero entendemos que es necesario para protegernos”.
Un brote en expansión
El virus del chikungunya —conocido por causar fiebre alta, dolores articulares severos y erupciones cutáneas— ha circulado en Guangdong desde el verano de 2025, con Jiangmen como epicentro del brote.
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De acuerdo con datos del Buró Provincial de Control de Enfermedades, entre el 28 de septiembre y el 4 de octubre se registraron 3.181 nuevos casos, de los cuales 2.480 corresponden a Jiangmen. En total, la provincia ha superado las 7.000 infecciones desde julio, superando con creces los brotes previos.
Las lluvias monzónicas y el clima cálido han favorecido la proliferación de los mosquitos Aedes, principales transmisores del virus.
Medidas drásticas y control sanitario
Ante el aumento de contagios, el gobierno municipal de Jiangmen activó un nivel III de respuesta de emergencia epidémica, lo que permitió fumigaciones a gran escala, el cierre temporal de parques, escuelas y mercados al aire libre, y campañas de inspección domiciliaria.
En ciudades vecinas como Foshan, los ciudadanos han reportado inspecciones casa por casa y advertencias por mantener criaderos de mosquitos. En algunas áreas incluso se han utilizado “elefantes robot” para rociar insecticidas en lugares de difícil acceso, una innovación tecnológica que ha captado la atención internacional.
El Ministerio de Salud chino calificó el brote como “grave pero controlable”. Sin embargo, la falta de transparencia inicial sobre el patógeno alimentó teorías y temores de una “nueva pandemia” en redes sociales, especialmente tras la difusión de videos de la fumigación masiva.
Preocupación internacional
La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alerta de viaje para Guangdong, recomendando el uso de repelentes, mosquiteros y ropa protectora a los visitantes.
Francia ha reportado 700 casos importados vinculados al brote, y la Unión Europea ha incrementado la vigilancia en aeropuertos con vuelos directos desde China.
En Estados Unidos, el CDC elevó su aviso de viaje a “Nivel 2: Practique precauciones mejoradas”.
Impacto social y lecciones del pasado
Para los más de 5 millones de habitantes de Jiangmen, esta crisis supone un golpe económico y psicológico. Los hospitales locales han reportado un aumento del 300% en consultas por síntomas febriles, mientras el gobierno distribuye kits de prueba rápida gratuitos.
“Muchos de nosotros ya vivimos el miedo del COVID-19. No queremos repetir esa historia”, expresó Zhang Mei, enfermera del Hospital Popular de Jiangmen.
Expertos advierten que el cambio climático y la urbanización acelerada están facilitando la expansión de enfermedades transmitidas por vectores.
“El sur de China es un punto caliente para patógenos emergentes debido a su densidad poblacional y su conexión con rutas comerciales internacionales”, señaló Wang Lei, epidemiólogo de la Universidad de Pekín.
Mientras las fumigaciones continúan y se preparan para extenderse a otras ciudades como Guangzhou, la gran incógnita permanece:
¿Podrá China contener este nuevo brote antes de que cruce fronteras?
Por ahora, la niebla blanca comienza a disiparse en Jiangmen, pero la sombra de la alerta sanitaria aún se cierne sobre Guangdong.
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