Recientemente me he visto más tiempo navegando la tienda de Apps de la manzana, la razón fundamental obedece a descubrir alguna aplicación que me represente una ventaja informática que se traduzca en ahorro de tiempo y toma de decisiones más certeras en el día a día.
Adquirí Solar, y de inmediato la recomendé ampliamente a mis amigos iPhoneros más cercanos, sucede que Solar es una App como miles más que muestran información del clima. Lo que la hace única es la experiencia de uso, entonces surge la pregunta: ¿vale la pena pagar por experiencias de uso? La respuesta es: sí.
Tan pronto comencé a utilizar su interfaz me di cuenta de la sencillez y calidad de su “usabilidad”, de inmediato enliste las ciudades a las que continuamente viajo y comencé a validar la veracidad de sus cálculos.
Cuando la recomendé me llamo la atención la respuesta de una persona que me dijo: “eso lo tengo con yahoo y gratis”. Ante tal respuesta nació la importancia de detenerme a reflexionar sobre la siguiente pregunta: ¿qué tanto incide la usabilidad y la experiencia de uso en la compra de una App?, el resultado del análisis no es nada positivo, el común de las personas no desean invertir en una experiencia de uso, anteponen la gratuidad ante todo aún cuando el costo es mínimo; en el caso de Solar son solo $26 pesos.
La innovación viene de la mano de la experiencia en el uso de las aplicaciones y la tecnología en general. Mi formación me invita siempre a experimentar e implementar soluciones “ricas” para hacer del uso de la herramienta una experiencia integral positiva; cada peso que invierto en experiencias de uso nutren mi creatividad al momento de proponer una solución. Invirtamos en experiencias de uso y propongamos más y mejores interfaces, esto ineludiblemente otorga valor a la herramienta y será un plus a la hora de rentabilizar la solución.
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