Cuando se habla sobre Usagi Yojimbo generalmente se hace hincapié en las figuras antropomórficas, en la genial narrativa de Stan Sakai, en lo cuidado de los personajes secundarios, en definitiva en la solidez de la obra. Todo eso es cierto, no cabe duda, igual que lo es que algunas historias, debido a su gran documentación histórica, son reflejos de nuestro propio presente.
Eso ocurre en “El honor del samurai” recopilada en el tomo “Padres e hijos”. En ella Usagi y Jotaro se encuentran con un samurai mendigo y su hijo, a través de ellos Sakai nos presenta uno de los dramas que se vivieron en el Japón de la era Tokugawa (s. XVII-XIX): el choque cultural entre el Japón que abrazaba el progreso y las costumbres que se comenzaban a filtrar desde occidente en las que el comercio ganaba cada vez más peso y el Japón feudal, militarizado, de la hegemonía samurai.
Con la instauración de la paz del Shogún los samurai dejaron de tener tanta utilidad para los señores feudales con lo que muchos de ellos se quedaron sin trabajo. Unos se dedicaron a la enseñanza de las artes marciales en los dojo, otros a ser maestros, monjes, guardaespaldas para los comerciantes, bandidos o, simplemente, vagabundos (ronin). Usagi es uno de estos últimos con el matiz de que nuestro héroe asume que los tiempos están cambiando que la vieja época y costumbres ya no tienen lugar y debe adaptarse lo mejor que pueda.
Por contra, el samurai mendigo con el que se encuentran nuestros protagonistas se niega a asumir la realidad: ya no es un noble respetable, en la nueva época los comerciantes tienen tanto o más poder económico que los señores y por supuesto que los samurai, incluso la espada pierde protagonismo e importancia ante las armas de fuego de los extranjeros. Su tiempo ha pasado y ya no volverá pero él se niega a verlo y prefiere esperar lleno de mugre a que los viejos tiempos vuelvan para devolverle la gloria perdida.
En un momento de transición entre dos épocas, cuando el cambio está tan cerca que estamos encima de él, es normal no verlo en un primer momento. Pocos son los que tienen la claridad suficiente como para anticiparse al mismo, la mayoría se van adaptando conforme va llegando con más o menos facilidad. El peligro radica en creer que el orden natural de las cosas es el conocido y que todo cambio es directamente imposible. No cabe otra forma de hacer las cosas que la que siempre se ha usado. ¿Les resulta familiar?
En este momento vivimos una de esas épocas de transición. El estilo de vida que teníamos se antoja obsoleto, el sistema está en pleno cambio hacia lo desconocido tanto a nivel global como, sobre todo, a nivel local. De hecho, cientos de miles de familias que habían vivido de la construcción, tanto directa como indirectamente, han visto como su medio de vida se ha venido abajo y muchos viven esperando que todo vuelva a ser como antes más pronto que tarde. Hoy unos viven con la mentalidad de Usagi y otros con la del samurai mendigo. Si quieren saber como acaba la historia para nuestros héroes no duden en leerla tal como nos la cuenta Stan Sakai. Seguro les dará que reflexionar sobre los tiempos que corren.
Joseba Morales
Dibujante, ilustrador, viñetista. Básicamente garabatero. También en Tenerife Deportivo y Cartoon Movement.
Blog - Facebook - Más publicaciones