Un USB blanco, sin apariencia maligna de ningún tipo. Tras esa descripción se esconde USBKiller un dispositivo que puede acabar con tu ordenador en segundos.
Regla básica de la seguridad informática nº1: nunca conectarás ningún USB que encuentres perdido por la calle o desconozcas su procedencia. Es la forma más rápida y sencilla de acceder a tu dispositivo y de obtener el control sobre el.
Pues bien, más del 70% de las personas siguen incumpliendo esta regla.
De esto, o de tus malignas intenciones, es de lo que se aprovecha USBKiller.
Su funcionamiento es muy sencillo. Se conecta al puerto USB donde almacena la energía necesaria -a partir de las linea de alimentación- para realizar una descarga de 220 voltios sobre las lineas de datos, dejando inservible el equipo. Si no lo consigue a la primera, repite el proceso insistentemente hasta lograrlo.
Hay que recordar -por si ya estás pensando en adquirir uno- que lo que hace es "freir" la placa base y sus componentes mientras que la información almacenada en los discos duros, tanto externos como internos, es muy difícil que sufra daños.
Aquí os dejamos una pequeña demostración:
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