Los
antipsicóticos de segunda generación son los únicos medicamentos
aprobados para los jóvenes con autismo y éstos se utilizan
únicamente para el control sintomático de la irritabilidad y la
agresión. Ellos no tienen una indicación para los jóvenes con
discapacidad intelectual, y no parecen afectar a los síntomas
principales de los trastornos del espectro autista, como las
dificultades sociales y de comunicación, o los síntomas principales
de discapacidad intelectual, tales como problemas con comprender y
reaccionar adecuadamente a la información del mundo exterior.
Aproximadamente uno de cada 10 jóvenes tratados con un antipsicótico
son diagnosticados con trastorno del espectro autista o discapacidad
intelectual. Por el contrario, uno de cada seis jóvenes con
diagnóstico de trastorno del espectro autista ha sido prescrito
antipsicóticos. Estos hallazgos de la Escuela de Medicina
Northwell,se han publicado en la edición de junio delJournal
of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry
Por
otra parte, los resultados sugieren que la proporción de
adolescentes con autismo o discapacidad intelectual ha aumentado
entre los jóvenes tratados con antipsicóticos y que más jóvenes
con autismo o discapacidad intelectual han recibido antipsicóticos.
A pesar de que el aumento de la prescripción de antipsicóticos en
jóvenes con trastornos del espectro del autismo o discapacidad
intelectual no puede ser juzgado como adecuado o inadecuado de
acuerdo con los estudios de base de datos, los efectos secundarios de
los antipsicóticos pueden ser bastante problemático, especialmente
en los niños y adolescentes. Los médicos deben considerar el uso de
intervenciones psicosociales que han demostrado ser eficiente para la
desregulación conductual, como irritabilidad y agresión, antes de
prescribir antipsicóticos a los adolescentes con autismo. Los
autores destacaron además que la hora de prescribir antipsicoticos,
es imprescindible vigilar periódicamente tanto su eficacia y
tolerabilidad a través de peso corporal, lípidos en ayunas y
glucosa, efectos secundarios extrapiramidales, sedación y efectos
adversos reproductivos y sexuales,para gestionar las anomalías de
manera apropiada.