El collar de castigo se ha utilizado corrientemente para evitar que el perro tire de la correa. Pero ¿es realmente útil? ¿Tiene alguna base que sustente este tipo de trabajos?
Muchos profesionales del mundo del perro: adiestradores, veterinarios, tiendas especializadas, etc. y muchísimos otros que no lo son, han recomendado (y lo siguen haciendo) indiscriminadamente el uso de collares de este tipo para evitar que nuestro perro tire. Esta opción, aparte de ser lesiva para el perro (si deja de tirar es porque le estamos haciendo daño) es incorrecta técnicamente, pues este tipo de collares entra en el grupo de los llamados collares activantes usados, por ejemplo, para pasar de presa a agresión en la mordida de la manga… Suena muy relajante y tranquilizante para el perro ¿no? El origen y su finalidad no es pues la de evitar que el perro tire.
Si queremos que nuestra mascota no tire, existen diferentes maneras de enseñárselo de manera no dolorosa: método de Turid Rugaas, clicker, a través de otros refuerzos positivos o negativos (negativo no significa que debamos provocar dolor en el perro). Si aun así, no dejase de tirar o bien no queremos o no podemos dedicarle tiempo a ello, existen otro tipo de elementos de control que no provocan daño, sino que imponen una limitación física, tales como los arneses de control y manejo del tipo EasyWalk de Premier– de venta en Perruneando.
Sobre el autor:
David Ordóñez es responsable de Perruneando en Jaén, empresa dedicada a la educación y adiestramiento canino y a la modificación de Conductas inadecuadas (www.perruneando.com ) David tiene un Máster en Terapia Asistida por Perros por la Universidad de Sevilla donde ha sido profesor de prácticas. También colabora habitualmente con el Departamento de Psicología de la Universidad de Jaén. Puedes seguirle en twitter: @davidogs
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