Revista Comunicación

V Jornadas OPTIMA LAB: A innovar se aprende innovando

Publicado el 17 enero 2016 por Jmbolivar @jmbolivar

V Jornadas OPTIMA LAB: A innovar se aprende innovandoOPTIMA LAB es una red productiva que ayuda a personas y organizaciones a ser más efectivas para lograr sus resultados por medio del aprendizaje basado en la experiencia y nuevas metodologías centradas en las personas. Pero, además de ser una red productiva, OPTIMA LAB es una red productiva efectiva, es decir, somos una red que aspira a algo más que a producir cosas – servicios y soluciones de efectividad personal y organizativa – ya que también estamos comprometidos a hacerlo de la forma más efectiva posible.

Este compromiso nos obliga a buscar nuevas soluciones para los problemas que plantea esta nueva realidad. Sabemos, porque es evidente, que seguir intentando gestionar la información y el conocimiento desde los mismos paradigmas desde los que se gestionaban las materias primas tradicionales es ineficaz a la vez que ineficiente. Como dijo Einstein, la única forma de lograr resultados distintos es probando a hacer cosas distintas, y eso es precisamente lo que hacemos a diario en OPTIMA LAB. Trabajar así es algo natural para nosotros ya que, como artesanos,  «aprendemos a través de la experimentación y el error».

Los pasados días 17, 18 y 19 de diciembre tuvieron lugar en El Escorial las V Jornadas de Innovación OPTIMA LAB. Casi dos años despues de que empezáramos a dar nuestros primeros pasos, estas jornadas han supuesto un punto de inflexión importante. Atrás ha quedado nuestra primera etapa como comunidad de práctica (CoP), orientada sobre todo a aprender y profundizar en el campo de la efectividad personal y organizativa. Hoy, OPTIMA LAB es una red productiva madura, próxima a alcanzar su velocidad de crucero, que ofrece soluciones contrastadas y de vanguardia en materia de efectividad personal y organizativa.

Por el camino, muchos cambios e incontables experiencias valiosas. Nodos que se incorporan y nodos que se van. OPTIMA LAB se ha convertido en un proyecto ambicioso y exigente que requiere plena dedicación y compromiso, lo que hace prácticamente imposible compaginarlo con otros proyectos. Fruto de esta situación, el pasado mes de junio nos dejaba Silvestre Segarra, que llevaba con nosotros desde el inicio, y a finales de noviembre decíamos adiós a Enrique Gonzalo (Quique), qué abandonaba la red tras unos pocos meses de aventura. Otros nodos, como Cruz Guijarro, han evolucionado su rol inicial para afrontar nuevos retos dentro de la red.

Estas jornadas han venido precedidas por un intenso trabajo, ya que hemos renovado buena parte de nuestro ecosistema tecnológico, incorporando herramientas nuevas y abandonando otras, lo que ha supuesto un esfuerzo de aprendizaje extra. Como red descentralizada que somos, geográficamente distribuida por toda la península, trabajamos la mayor parte del tiempo de forma remota y con frecuencia en modo asíncrono. Contar con la tecnología idónea que dé soporte a nuestra forma de trabajar es un requisito innegociable. Aún así, los mayores retos son más humanos que tecnológicos.

El sistema educativo produce profesionales para el sistema organizativo tradicional. Uno de los retos a los que nos enfrentamos en OPTIMA LAB de forma cotidiana es desaprender esas viejas formas de trabajo para probar y aprender otras nuevas. La autonomía y la libertad son armas de doble filo que hay que aprender a utilizar con cautela. De todos modos, el mayor reto hasta ahora es la comunicación. Personalmente, estoy convencido de que uno de los mayores retos a los que se enfrenta la efectividad del trabajo del conocimiento tiene que ver precisamente con este área: la comunicación.

Por eso damos tanta importancia a reunirnos periódicamente de forma presencial. Aunque en porcentaje de tiempo total de trabajo representan solo una fracción, las jornadas son una oportunidad única para profundizar en los aspectos más humanos de la comunicación, algo hoy por hoy imposible de sustituir de forma online. Pasar tiempo trabajando, conversando, debatiendo o riendo con mis colegas de OPTIMA LAB me aproxima aún más a ellos como personas, me ayuda a entender su diversidad y a integrarla. Nuestras jornadas sirven, además de para completar cantidades ingentes de trabajo, para mejorar la calidad de nuestra conexión humana, para aceptarnos mejor y para sintonizar a mayor profundidad.

Creemos en el poder de los hábitos y por eso creamos hábitos. Nuestras jornadas presenciales, nuestros Hangouts semanales, nuestras conversaciones diarias por diversos canales… Todo son hábitos. Además, intentamos día a día que esos hábitos sean expresión de nuestra efectividad, ya que somos lo que hacemos repetidamente. Para ello, probamos constantemente cosas nuevas, abandonamos lo que no funciona e incorporamos lo que sí funciona. La única forma de innovar es probar a hacer cosas distintas. Nos equivocamos mucho y eso es bueno, porque a innovar se aprende innovando.

Aunque externamente la visibilidad de nuestro trabajo es todavía moderada, puedo asegurarte que hemos completado un buen número de proyectos cuyos frutos irán viendo la luz poco a poco. 2016 va a ser un año crucial para OPTIMA LAB y para la innovación en efectividad en general. Ya hemos cerrado fechas para las VI Jornadas, que tendrán lugar en junio. Hasta entonces, si quieres conocer más perspectivas de lo que han supuesto estas V Jornadas, te invito a que leas las crónicas que sobre ellas han escrito Jero, Jesús, AJ, David, Paz y Cruz. Te gustarán!

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