Si analizamos las reacciones de los perdedores tras las elecciones generales- Rivera, Sánchez e Iglesias- sólo su edad las justifica.
Una pueril testarudez, la mayor rigidez propia de la juventud les llevan a adoptar posiciones solipsistas y de trinchera. Hay que sumar la contrariedad por los resultados y, como es sabido, la frustración engendra agresión.
La actitud de los líderes del PSOE Y C´S es impertinente y casi antidemocrática, empiezan a desbordar los límites de la paciencia de los españoles, incluidos sus votantes.
Su programa se resume en hacer todo lo posible para impedir que otro gobierne. Muy constructivo no parece. Podrían abstenerse, dejar que el PP forme gobierno en minoría y luego, desde la oposición, dedicarse a criticarlo.