Desde hace casi dos años, los aficionados españoles pueden sacar pecho por su selección. La Roja vive sus mejores momentos y la cantera se antoja inagotable. Tanto es así, que en unos meses veremos cómo la lista definitiva de Del Bosque deja en casa a varios titularísimos, que diría Pellegrini, seleccionables por cualquier favorita. Pero no todos caben.
Especialmente complicado sería el tema de los porteros. No es una demarcación muy dada a cambios ni probaturas. Sin embargo, ese tercer puesto creo que está más en el aire que nunca. El último, habitual, Diego López, no está firmando su mejor temporada, pero es una apuesta firme de cara al futuro. Su antecesor, Palop, vive en un inmejorable estado, y puede encontrar en Sudáfrica el broche y punto final a su etapa en la selección.
Pero también tenemos a Víctor Valdés, César, Iraizoz, los jóvenes De Gea y Asenjo, Aranzubia y hasta el ya olvidado Almunia. No recuerdo una hornada de porteros españoles tan buena. Ahora, Casillas y Reina monopolizan las dos plazas habituales, pero esperemos que los demás tengan su oportunidad, y que las próximas generaciones nos aseguren la portería.