Imagen de Rockwell. Portada del Saturday Evening Post en 1943. (espero que no me cierren el blog por el copyright)
Va por todas, incluso por las descerebradas que se apuntan a concursos para seducir a un pijolisto de medio pelo. Para que recuerden que detrás hubo miles de mujeres que consiguieron, entre otras muchas cosas, que puedan comportarse como lo hacen sin que las señalen con el dedo.
Doblemente doloroso el backlash cuando proviene de las propias mujeres.