Revista Cine

Vaca, un proyecto que impacta en el espectador

Publicado el 06 abril 2022 por La Henryteca @LaHenryteca
Por Iria Dominguez.

Después de “Dog” (2001) y “Wasp” (2003), Arnold decide dar un salto bovino en su nuevo trabajo, “Vaca”, estrenado en la edición 74 del festival de Cannes. Con cuatro nominaciones a los British Independent Film Awards, una nominación a mejor documental en los BAFTA y premiada a mejor montaje en el festival de Sevilla, Andrea Arnold ha conseguido crear una obra que no deja indiferente al espectador.Vaca, un proyecto que impacta en el espectadorLa autora siempre ha dejado claro su interés por los personajes marginados y la parte más excluida de la sociedad. En “American Honey” (2016), “Wasp” (2003) o “Fish Tank” (2009) ya retrató la historia de personas rechazadas y todas las incomodidades que su condición conlleva. En este caso, la cineasta decide centrarse en un tipo de personaje distinto (por su origen animal), pero tratándolo de la misma manera. Es este tratamiento el que consigue esgrimir la mayor fuerza de “Vaca”.En esta obra nos acercamos a Luma, una vaca lechera condenada a pasar sus días en una granja de explotación. Bajamos nuestra mirada literalmente para posicionarnos a la altura de los ojos de Luma, la número 29 del lugar, perdida en alguna parte de Reino Unido. Vemos cómo duerme, come y crea (leche o terneros) mientras la cámara la sigue muy de cerca en su día a día.Vaca, un proyecto que impacta en el espectador
Precisamente, esta argumentación rutinaria hace que el esquema narrativo se base en la reiteración de las imágenes. Característica culpable de que alguna gente abandonase la sala antes de alcanzar el final de la película.Los diálogos son escasos y no informan siempre de los procesos que se siguen para mantener a las vacas, más allá de algunas revisiones médicas. Sin embargo, si conocemos el nombre de la protagonista es porque los granjeros se lo han dado, creando así una dicotomía antagónica en la que se contrapone la explotación que se ve en pantalla (y a la numeración en cadena) al trato que ofrecen en ocasiones los propios trabajadores. Si bien hay cierta falta de empatía a la hora de tratar a los animales como piezas de maquinaria para la producción, haciéndolas producir leche y parir de manera constante, también hay momentos en los que se genera cierto entendimiento con la vaca, borrando así el rasgo de antagonista villano que sentimos en el interior con cada falta de caricia que se da a lo largo del metraje. Los planos más abiertos, en los que comparte una escasa cuadra con sus compañeras, resultan mucho más duros en comparación con la individualidad que se le otorga a Luma en cada primer plano. De esta manera, el retrato se expande más allá; en los ojos de Luma se encuentra la realidad de muchas otras.Al igual que no importan los diálogos, tampoco lo hacen demasiado las personas, porque Magda Kowalczyk y su cámara se desenvuelven en la granja como si de un animal más se tratase. No cambia Andrea su modo de rodar: siempre siguiendo a un personaje para observar todas sus penurias. Esto hace que se recurra en todo momento a la cámara en mano, a menudo más expresiva que cualquier otra. Aunque hay que destacar también ese plano frontal tan de documental en el que Luma muge en nuestra dirección, contándonos su testimonio.Me parece interesante que la propia Andrea Arnold opine que “Vaca” no es en sí un documental; no puedo estar de acuerdo. No es un reportaje, eso está claro, porque su objetivo no es proporcionar datos e información sobre el funcionamiento de una macrogranja ni sobre las vacas en sí. La pretensión de este film gira siempre en torno a la reflexión y la empatía, en todo momento enmarcadas por el sentimiento, casi como cualquier película de ficción. Sin embargo, no hay aquí demasiados juegos dramáticos y tramposos porque se prefiere que la realidad hable por sí sola. Esto no quiere decir que haya que caer en la verdad absoluta de las imágenes; ya Kuleshov analizó en su día el efecto narrativo de todo montaje. De este modo, la edición es uno de los aspectos más destacados de la película, de la mano de Nicolas Chaudeurge, Rebecca Lloyd y Jacob Secher Schulsinger se genera un esquema que camina entre realismo y subconsciente, creando un fuerte impacto en el espectador con la unión de secuencias que se podrían entender de manera muy diferente colocadas en otro orden o con diferente duración. Así, cuando Luma muge insistentemente después de ver cómo la alejan de su ternera, hacemos una relación inconsciente entre las imágenes que le dan mucha más fuerza dramática.Vaca, un proyecto que impacta en el espectador
Por otra parte, destacan las canciones que se introducen en el largometraje, haciéndolas pasar en casi todo momento por música diegética, sobre todo a la hora del ordeño masivo de las vacas. Se crea casi una contradicción entre lo que vemos y lo que oímos, vinculando música muy actual y comercial (suenan artistas como Billie Eilish) a unas imágenes desoladoras de explotación animal. Al fin y al cabo, son los humanos los creadores de esa cadena de explotación en la que nos encontramos. Si se trata de dejar una marca en el espectador, creo que esta es la forma que mejor funciona en el documental.También llama la atención ese tratamiento tan humano para censurar una escena sexual entre los animales, echando mano del simbolismo. Se decide recurrir a este truco usado ya por Alfred Hitchcock en “Atrapa a un ladrón” (1955) en el que se representa el acto a través de fuegos artificiales que iluminan la noche.El cielo es otro de los grandes elementos de la película. El sol del día y las constelaciones de la noche no dejan de ser un elemento en común a todos. El paisaje puede cambiar, pero las estrellas que observan las vacas son las mismas que observamos el resto de nosotros. Además, en más de un par de ocasiones, encontramos aviones surcando el cielo, siempre pasando por encima de la granja, pero sin recaer en ella ni como destino. Arnold plantea dos realidades muy diferentes que ocurren en la misma localización.El contraste de imágenes se lleva a un punto álgido en el que se intercalan las imágenes duras de la granja con atardeceres y noches estrelladas en campo abierto, casi como si de una ensoñación se tratase. Rompe un poco el género al que se atenía hasta entonces y dinamiza de una manera muy eficaz el ritmo.Llega a ser incómoda en momentos y algunas imágenes de los partos pueden resultar demasiado explícitas para ciertos espectadores, sin embargo, tengo que decir que después de ver “La sangre de las bestias” (1949), de Georges Franju, “Vaca” se queda en un ejercicio mucho menos violento (por su naturaleza de explotación y no de matanza) y me parece muy recomendable el visionado conjunto de ambos documentales —aviso: después de este viaje el espectador tiene muchas posibilidades de volverse vegano—.De todos modos, el hecho de cosificar a las vacas (e incluso mutilarlas desde su nacimiento) como parte de un sistema que crea y cría solo para potenciar la producción, llega a cualquier espectador mínimamente sensible o empático. El final, tan seco como escalofriante, se aleja un poco de Luma para dar por finalizada la vida rutinaria que ha sido obligada a llevar desde pequeña. Incluso deja una sensación lastimosa el intento de humanización por parte del granjero que la alimenta antes de dar por finalizada su jornada infinita. Aun después de un impacto tan grande, un tractor prosigue su andadura por la granja y el trabajo diario no se detiene.Puede que para algún espectador haya demasiada humanización con respecto a Luma y sus sentimientos, pero parece evidente que el dolor y el trabajo forzado es parte de su día a día. Ver a los terneros correr y saltar cuando se les da una mínima libertad hace pensar en el castigo injusto que les toca vivir y el mensaje llega cala de manera potente. espectadores

  • [message]
    • ##check## Lo bueno
      • Gran capacidad comunicativa sin diálogos.

        Montaje muy expresivo.
        Se consigue mucha intimidad y empatía con Luma.
    • ##times## Lo malo
      • Es, al fin y al cabo, predecible.
        El esquema reiterativo puede aburrir a los espectadores.

  • [accordion]
    • Ambientación 8.5
      • El uso claustrofóbico del interior de la granja y la expresividad y simbolismo del prado abierto resulta ideal para reforzar el mensaje de la película. .
    • Desarrollo de Personajes 6.5
      • Aunque el esquema resulte repetitivo, Luma evoluciona como cualquier personaje de ficción e incluso se señala su carácter más protector y arisco con el paso del tiempo. De todos modos, en este documental no hay posibilidad de redención.
    • Tema / Estructura 8.0
      • Un tema interesante, aunque no innovador, llevado a cabo en una estructura casi circular que solo consigue romperse de una forma. Simbolismos y recursos metafóricos muy eficaces.
    • Banda Sonora 9.0
      • Música solo existente en momentos puntuales y formada por canciones actuales y comerciales (finge pertenecer al mundo diegético para mayor fuerza). No teme al silencio de las palabras y deja que el ensordecimiento de la propia granja hable por sí solo.
    • Entretenimiento 5.0
      • La rutina de Luma puede aburrir al espectador medio, especialmente al poco familiarizado con la obra de Andrea Arnold. El que aguante, lo apreciará.
    • Montaje / Innovación técnica 9.0
      • Montaje sublime que consigue reforzar la empatía que se siente ante la mirada de Luma. Aunque resulta muy humanizado, no abusan de recursos para hacer del metraje una historia rosa.
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    • Puntuación Total  7.5 / 10
      • EstrellaEstrellaEstrellaEstrellaEstrellaEstrella

Trailer:Fuente Imágenes: Elastica Films


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