Revista Cultura y Ocio
La brisa del mar acaricia mi cara mientras tomo un margarita tumbada en la playa. El suave oleaje me sirve de nana. No quiero abrir los ojos, estoy tan tranquila y relajada...
El sonido del teléfono me sobresalta dando al traste con mis vacaciones imaginarias.
Texto: Rosa Martínez Famelgo.
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