¿Que tendrán las vacaciones que tanta gente se separa?... se preguntan los medios de comunicación transmitiendo hasta la saciedad la idea cual vecina cotilla a través de las ondas hertzianas.
Y ahora recién pasadas las vacaciones de Navidad vuelve a mi memoria el consabido tema. Porque aunque no lo creáis el hecho de compartir las comidas familiares y este tipo de eventos también dañan esas uniones prometidas para toda la vida.
Dicen las lenguas de doble filo que esta exeresis conyugal se debe a que las parejas son disparejas en gustos y estilos. Porque después de un montón de tiempo de convivencia estilo wifi y una escasa prole de hijos tipo horizontal, un día se levantan a la misma hora y de repente se ven los dos de nuevo, frente ante un único espejo.
La verdad es que asi pensado, debe ser espeluznante encontrar en tu cuarto de baño a ese gran desconocido, greñudo y con barba de tres días vacacionales sin afeitar.
Eso unido al estilo de vida wifi, a la que llamo así, porque el contacto entre la pareja no suele ser directo, como mucho alguna llamada al movil y mucho whassap. Y de esa forma lo que antes decian sobre que "el roce hace el cariño" ahora se dice, se habla, se comenta... "que el roce solo produce ampollas".
Pero que le vamos a hacer si necesitamos más espacio en nuestra burbuja personal.
En resumen que cuando coincides en vacaciones y te ves de frente, ya ni te conoces... y sobre todo ya ni te aguantas.