Revista En Femenino

Vacaciones de verano y conciliación familiar

Por Felizenbrazos

Ya está aquí, ya llegó, la patrulla…. ¡ah no! Que lo que llegó son las vacaciones de verano. Y la desconciliación familiar. Porque vamos, los meses de verano, por lo general, son muy difíciles para los padres.

¿Cuál es la solución? Evidentemente, bajo mi punto de vista, la conciliación no es dejar a los niños más horas, más días, más tiempo en el colegio, como promueven algunos políticos…Nooo, la conciliación sería flexibilidad horaria en el trabajo de los padres para poder estar más rato con sus hijos, no aparcar a los niños más horas fuera de casa. Porque los  pobres ya tienen bastante con lo suyo. No olvidemos que son niños y la principal preocupación de los niños debería ser jugar y divertirse, no someterles a jornadas maratonianas de clase, deberes y actividades extraescolares. Ya desde bien pequeños, lo sometemos a horarios estrictos para “prepararles” para la edad adulta. Y la verdad, esto no necesita preparación.

La infancia pasa muy, muy deprisa. Un día tienes un bebé recién nacido en brazos, de pronto te das cuenta que ese bebé ha empezado el colegio y cada vez pide más independencia, aunque todo el mundo vaticinara desde su nacimiento que tanto apego y tanto brazo le iba a hacer dependiente, y a la vuelta de la esquina está el instituto. Esta sociedad tiene tanta prisa por hacer crecer a los niños, por quemar etapas, que no aprovechamos al máximo el tiempo con ellos y luego nos arrepentimos y lo echamos de menos.

Y llegan las vacaciones. Hoy es el primer día de unas vacaciones de dos meses y medio. Muchos padres dirán que son muchas vacaciones, pero en realidad es porque no saben qué hacer con los niños tanto tiempo. ¿No recuerdas tu infancia y aquellas vacaciones infinitas? A nosotros no nos parecían mucho, ¿a qué no? Pues a nuestros hijos tampoco, el verano ofrece múltiples posibilidades. Y las necesitan. Como ya he dicho, durante el curso los tenemos sometidos a horarios matadores y están cansados, hecho que se acentúa con el calor del verano. Las dos últimas semanas de colegio de Sara han sido las más difíciles; estaba cansadísima, no había quien la despertase por las mañanas, se quedaba dormida en el sofá después de comer, subirse a casa a cenar y acostarse temprano habiendo tanto sol era un suplicio… Menos mal que ya se han acabado las prisas, la cuestión es ¿qué hacemos ahora? ¿Y cómo se concilia en verano?

Mis hijos se llevan 10 años y no tienen las mismas necesidades, claro está. El mayor cada vez es más independiente, él mismo me pide hacer cosas que hace algunos años no se me habrían pasado por la cabeza. Él no quiere quedarse en casa todo el verano, aburrido. Así que se va de viaje, de campamento. Por suerte, en el ayuntamiento de nuestra ciudad ofrecen un montón de soluciones para niños mayores, a partir de 12 años y a unos precios más que asequibles. Actividades a las que él se apunta encantado, deportes, playa, diversión, conocer gente nueva y estar fuera de casa… ¿qué más se puede pedir? Este año se va a Benicassim, a Murcia y a hacer un recorrido por parques temáticos. Se ha ido esta mañana temprano y  hasta el 15 de julio casi no le voy a ver el pelo. Hace unos cuantos años, antes de que naciera Sara, le apuntaba a campamentos urbanos. La conciliación no existe y no me quedaba más remedio. El pobre tenía que madrugar, iba a un colegio a jugar y a hacer actividades, pero no dejaba de ser una obligación más y no salía hasta después de comer.

¿Y la pequeña? Sólo tiene 4 años y aunque con Lucas tuve que hacerlo, tuve que dejarle varios meses de Julio aparcado en un sustituto del colegio, con Sara no estoy dispuesta. Y por suerte, porque diré que tengo mucha suerte, me puedo apañar bien para intentar conciliar trabajo y verano. Eso sí, haciendo un esfuerzo económico importante. Pero es que si lo piensas bien, a mí me merece la pena.

Verano

Tengo reducción de jornada, media jornada para ser exactos. Y medio sueldo, claro está. Hay que apretarse el cinturón, pero lo que me ahorro en campamentos, comedores y actividades extraescolares me compensa y la cantidad de días que estoy con ella, compensa más. Como la mayoría de los trabajadores, tengo un mes de vacaciones. Con la reducción de jornada, trabajo medio mes, con lo que juntando días, al final tengo dos meses de vacaciones. El medio mes de vacaciones que me queda por conciliar he intentado ponerlo en días sueltos y jornadas de noches, para molestar lo menos posible a los niños.

En mi trabajo, las reducciones de jornada, sobre todo en los meses de verano, son muy comunes. Implican reducción de sueldo, pero a mí me parece una buena opción para conciliar y disfrutar del verano junto a nuestros hijos. Y tú, ¿cómo te apañas con los niños en verano?


Vacaciones de verano y conciliación familiar
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