El crítico de cine Carlos Boyero, -toda una leyenda en el mundillo- dice, en relación con Vacaciones en el infierno, lo siguiente:
El mejor Mel Gibson sigue ahí. (...) una película muy bien escrita, rodada, ambientada e interpretada. Desprende frescura y vitalidad, todos los personajes son creíbles, los diálogos revelan ingenio...La película es todo lo contrario. Es insulsa y desprende de todo menos frescura y vitalidad. Los diálogos están trillados. La misma clase de cinta a la que nos tienen acostumbrados la mala industria americana. Vemos al tipo duro que viene de no sé sabe dónde y que empieza a poner los puntos sobre las íes al personal. El protagonista podría salvar a dios mismo. Y todo ello aderezado con la gracia de un Mel Gibson pasado, viejo y desdorado. No vemos en él a ese intrépido personaje que hace ya tiempo nos dejara estupefactos con la saga de Arma Letal o en excepcional Brave Heart. El guión es malo, la historia carece de densidad y los personajes están huecos. El director de este proyecto, Adrian Grunberg, debuta con ésta ópera prima que sin duda hará las delicias de quienes después de comer gustan de una buena siesta. Otra cinta enlatada. Desaborida. Y curiosamente ensalzada y vanagloriada por buena parte de la crítica profesional. Vacaciones en el infierno es otro drama carcelario que caerá por su propio peso sobre las manos vacías de los espectadores.ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS