Revista Cocina
Hay vacíos que ocurren en situaciones concretas y que el ser humano no es capaz de expresar. En su opuesto encontramos caos: en naciones a nivel político donde parece que ninguno sabe encontrar un rumbo; a nivel económico donde las bolsas mundiales juegan al “monopoli“ como si de dinero de mentira se tratara, pero donde sale perjudicada aquella mayoría de inversores minoristas; y también en lo social donde parece que cada uno va por su cuenta y no hace nada por nadie y sólo por sí mismos.De ese caos suceden momentos de nuestra vida, que dan lugar a problemas que nos atormentan: cotidianos, laborales, personales, familiares… aquellos donde no encontramos una solución rápida, lo que nos produce tormento emocional y sentimental.Una decisión mal tomada o tardía también produce vacío en nuestro interior y alrededor. No hay más que ver lo sucedido hace unas semanas en Valencia (España), donde un sentimiento de desamparo y tristeza nos produce caos y vacío en nuestro interior. Estos desastres de la naturaleza se deben en parte al cambio climático, pues el planeta al igual que los seres humanos estamos en constante y conjunta evolución, y también se deben a la falta de previsión de aquellos que gobiernan y pueden tomar decisiones importantes en mejorar o cambiar las infraestructuras y los servicios para evitar que estos cambios evolutivos que “sufre” el planeta sean menos devastadores y eviten muertes de nuestros seres queridos.En los últimos cien años parte de la humanidad se ha ofuscado en destruir La Tierra donde vivimos y procreamos. Se han empeñado en destruir sus recursos para avanzar científica y tecnológicamente a cualquier precio, mermándolos para obtener beneficios económicos, políticos y de clase.Algunos en cambio sí buscan sostenibilidad y mejorar el planeta donde vivimos y coexistimos. Eso no quita para nuestro hogar y nuestro planeta no siga su curso de cambio, produciendo efectos naturales como los maremotos, terremotos, huracanes y volcanes en erupción, pues todos estos efectos son parte del ADN de La Tierra, pero que gracias al efecto invernadero provocado por lo comentado anterior, ha provocado que se conviertan en devastadores.La deforestación de nuestros bosques a nivel global provoca el efecto invernadero. Podemos ser negacionistas o creer a “pies juntillas” lo que dicen en los medios de comunicación, pero eso no evitará que sientan vacío o caos tanto si van en una dirección como en la otra. Cierto es que la ciencia ha avanzado mucho y somos capaces de enviar misiles a la atmósfera y provocar lluvia donde antes no llovía… ¿se nos ha ido de las manos?, o ¿todo es producto del planeta que hemos herido durante los últimos cien años y ahora se está revolviendo contra la humanidad?Los ciudadanos no tenemos toda la información porque no se nos facilita, se nos oculta. Pero no por ello perdemos la oportunidad de preguntarnos qué intereses esconden aquellos que no ven los problemas donde hay catástrofes. Quizá porque les falte la suficiente empatía para ponerse en el lugar de aquel que lo perdió todo, incluidos familiares, amigos, y mascotas.Lo que sí que tiene el ser humano impreso a fuego cuando ocurren estas situaciones de desgracia es dignidad, humildad, humanidad, empatía, y, sobre todo, la ayuda al prójimo.El vacío y el caos son conceptos que dependiendo del tiempo, momento y lugar nos sobrecogerá o nos hará entender el proceso en el que uno se encuentre. Pero ambos se compensan con la alegría que produce la reacción de vecinos tratando como hermanos a los afectados por las inundaciones para ayudar, a quitar lodo y a ofrecer su tiempo. Las familias han dado su techo para compartirlo con quien se ha quedado sin nada como si fuera uno más; porque la familia no es sólo aquella que viene dada por la sangre, si no aquella que tú eliges para que comparta los momentos de tu vida.
Respira. El caos poco a poco se va desvaneciendo y el vacío con él. Mientras algunos sólo piensan en sí mismos y en cómo explicar lo sucedido para que no quede mal su excusa a ojos de los demás, otros están buscando alternativas para que no vuelva a ocurrir.Den recursos a aquellos que miran por el bien común y cesen a aquellos que sólo miran por mantenerse en el poder y en generar riqueza a costa de otros.