Se da la circunstancia de que el niño no estaba inmunizado porque sus padres están —o estaban— en contra de las vacunas. Hoy aseguran estar destrozados por las fatales consecuencias y que se sienten engañados por los antivacunas ya que no estaban bien informados. ¿Có
mo alguien se puede sentir engañado cuando hay más información sobre los beneficios de vacunarse que de no hacerlo? Es evidente que las vacunas tienen riesgos, como también que la no vacunación es aún más peligroso. Estos padres han tomado una decisión y se han equivocado gravemente, poniendo en serio peligro a su hijo.Hay cosas innegociables. Como acudir al colegio, obedecer a los padres... Y las vacunas son derechos de los menores. No ponerlas es una temeridad. Pero como estamos en un país democrático, o mejor aún libercrático, cada uno puede hacer lo que le dé la gana. Eso sí, lo justo sería responsabilizar económicamente de las negligencias a quienes las cometen. Si alguien decide no vacunar, que se le obligue a contratar un seguro que cubra un eventual accidente como el que nos ocupa. Lo mismo que si no quiere ponerse el cinturón de seguridad de su vehículo y sufre un accidente, deberá responsabilizarse económicamente de las secuelas. No es justo que todos paguemos las imprudencias de los demás. Les aseguro que así se acabarían en pocos minutos.
Piensen.
Sean buanos.La canción regalo de hoy es: Who's gonna ride your wild horses. Eres peligrosa porque eres sincera... Eres un accidente a punto de ocurrir... Con todos ustedes: ¡U2!
https://www.youtube.com/watch?v=qXOTEsfNxNA