Acaba de aparecer una nueva "revista científica" (indexada) sobre arquitectura. Se llama VAD (Veredes Arquitectura y Divulgación) y este número uno se titula, naturalmente: "Los inicios".
Me he enterado de su publicación ahora mismo y aún no la he leído, pero viendo los nombres de quienes intervienen se adivina un número tremendo. Voy a leérmelo de cabo a rabo.
Y sí, entre ellos estoy yo: Siempre esa vaga sensación de impostor. Pero voy a dejar de fustigarme por una vez y disfrutaré sin complejos de pertenecer a este selecto y admirable club. ¡Viva el vino!
Mi artículo "de investigación" trata sobre un detalle de las vanguardias de arte y arquitectura del primer tercio del siglo XX, que, como creo que sabéis, es un asunto sobre el que nunca nadie había escrito hasta ahora, un terreno virgen para un joven investigador como yo.
Joven, sí; al menos en esto: Resulta que he escrito bastantes cosas en mi vida, pero es la primera vez que escribo un artículo para una publicación de estas condiciones, con "comité científico", "revisión por pares" y todo lo demás. Y estoy encantado, naturalmente.
Mucha gente participa en el proyecto de una u otra forma, pero quiero felicitar muy especialmente a Alberto Alonso Oro, el alma de veredes, y a Silvia Blanco, la editora-jefe de VAD, que han realizado una labor heroica para sacarlo adelante y me han ayudado con todo, pero especialmente con todas esas puñetitas burocráticas de índices, registros y todo lo demás, que me anulan de una manera difícil de explicar. Solo les ha faltado darme la manita para ayudarme a cruzar la calle. Han hecho un trabajo tremendo, pero el fruto ha sido excelente.
Los felicito y les deseo mucha suerte (mucho ánimo ya tienen) y muchos, muchísimos números más de VAD.