En Vagalume, muere Manolo Castro, un periodista, amigo y maestro de César cuando éste empezó a trabajar en el periódico. César va al pueblo, donde tantas vivencias compartieron, para el funeral y el entierro. Allí vuelve a encontrarse con Elvira, la viuda de Manolo, María y Sara, sus hijas ya mayores y un par de amigos en común. Pero el primer día de su estancia en el hotel una extraña mujer le deja un libro inédito escrito por Manolo.
¿Por qué escribimos? Este interrogante se lo han hecho multitud de escritores desde que Jorge Manrique escribió las Coplas a la muerte de mi padre y en las que, además de la vida terrenal, que acaba con la muerte, y la eterna, que empezaría con ella, estableció una tercera vida, la de la Fama, capaz de perdurar más allá. A pesar de creer en el cielo, algo debió intuir sobre la importancia de permanecer aquí en la tierra.
En el hombre público de Manolo intuimos al escritor Julio Llamazares que va exponiendo en este ensayo novelado qué es escribir, "una forma de sobrevivir al tiempo, al vacío sucesivo de los días y su irreparable pérdida". En este sentido, también Manolo tenía necesidad de escribir, debía llenar ese vacío, por lo que para él era una salvación.
Por eso, César está seguro de que Manolo no tenía la intención de que su obra quedase en el olvido, sino que quería publicarla; probablemente así recuperase algo de la vida que no tuvo: "volví a escribir para sobrevivir a la pena".
es una obra en la que la metaliteratura está presente, como en una matrioska rusa, la novela de Manolo encierra la vida de su padre y esta su obra; y todas están contenidas en la obra de Llamazares; en ella, el autor intercala comentarios sobre la obra de teatro de Manolo en su propia obra, por lo que ambas se unifican "En realidad, el trabajo fue para los dos su vida. Para el padre porque a él le dedicó muchas horas [...] Padre e hijo siguen sentados en el banco...".
No solo la obra de Manolo de Castro queda expuesta en la obra de Llamazares sino que se igualan en diferentes momentos, "la acción iba punteada por continuos flashbacks... ".
En Vagalume lo importante no son los diálogos, escasos y cortos, sino las digresiones del narrador en las intervenciones de la conversación, "Mientras lo miraba ahora apoyado de lado en la barra del bar según su costumbre, recordé el día en que lo conocí".
es una obra que permite al lector vagar por ella sin que ocurran apenas acciones. Tantos recuerdos puede que resten expectación sobre la trama novelística, pero son perfectos para introducir las reflexiones de Llamazares sobre el proceso de la vida y la escritura, sobre la función de la mujer aun hoy en la sociedad, "ya había dejado de trabajar para cuidar de mi primera hija", sobre reflexiones de otros autores "entre la pena y la nada elegí la pena". Y, sobre todo, es una obra redonda, perfecta, que se acoge a la lírica inmersa en la propia prosa de uno de los escritores actuales más significativos, "Vestía de verde y negro, se confundía con la vegetación, quién sabe si premeditadamente [...] La mujer siguió como estaba [...] Parecía formar parte del paisaje, verde y negro su vestido como éste".