
Tengo serias dudas de que nuestro gobierno ni ningún otro tenga interés real de eliminar el consumo del tabaco. Estoy más por la creencia de que su único interés radica en equilibrar las cuentas y que los gastos no superen a los ingresos, más cuando aun existen zonas en nuestro país con una importante dependencia del cultivo de tan adictivo y fatal producto, convirtiéndonos en el tercer país cultivador de tabaco de la Comunidad Europea, con cerca 25.000 familias que viven directa o indirectamente de este negocio y que, paradójicamente, han estado recibiendo subvenciones por parte de la UE. Las subvenciones no vienen para que haya un cambio de modelo económico en la zona e ir abandonando la producción de tabaco, sino porque el cultivo no es del todo rentable y lo que se busca es que los empleos no se pierdan. Supuestamente a partir de este año 2010, las subvenciones se reducirán un 50% y se barajó que sean las propias arcas del Estado las que aporten el dinero necesario para hacer rentable el cultivo y que después esos fondos se recuperen a través de las inversiones europeas en desarrollo rural. Así que el tabaco cuesta dinero al estado y los ciudadanos por partida doble.
Al final, nuestra vida vale tanto como el gasto que supongamos en el erario público. Todos aquellos males que no supongan un gasto a los gobiernos, no suponen un problema real, pese a las historias particulares que hablan del dramatismos de muchas circunstancias.