Revista Salud y Bienestar
"El Sistema Sanitario Público español es un terrible caos"; ¿alguno de los lectores no ha pensado esto alguna vez?
No. No puede ser. La frase anterior debe ser falsa porque, si en este país tratamos la gran mayoría de lo tratable y paliamos la gran mayoría de lo paliable, el caos del Sistema no debe ser ni tan grande ni tan terrible. Entonces, ¿por qué a la mayoría de los que trabajamos en Salud nos asalta de vez en cuando este pensamiento?
Sencillo. Porque todos tenemos sueños, ideas o proyectos para que el sistema en el que trabajamos sea mejor; o al menos, para que sin ser peor sea más fácil. A este sentimiento, que es bastante común, yo le llamo vocación; ustedes pueden llamarlo como les apetezca.
Esta noche me siento afortunado al ser consciente de la suerte que he tenido de haber podido asistir al evento Valencia2011; formado por un heterogéneo grupo de blogueros y twitteros del mundo de la Salud que creemos en el poder de nuestra ilusión por crear un sistema mejor: médicos, enfermeros, farmacéuticos, psicólogos, economistas, periodistas, bibliotecarios y gestores varios.
Este es el momento en el que me preguntarán ustedes, sobre todo si se dedican a la asistencia: "¿Entonces la culpa de que la situación esté como está no es de los malvados gestores?". Y yo les responderé que que cuando estos gestores tienen la oportunidad de explicar las medidas impopulares para el personal cara a cara y en un lenguaje llano, las cosas se entienden mejor. E incluso uno es capaz de ver su parte de culpa en las actitudes propias que creía buenas.
Incluso de las farmacéuticas, las que invariablemente han jugado uno de los papeles más criticables en esto de la Sanidad, he vuelto con la visión positiva que me ha generado conocer a profesionales de este sector con una visión más abierta al diálogo que la tradicional existente.
Si han llegado hasta aquí, disculpen lo que en definitiva es la crónica de una excursión de magníficos anfitriones. Si les he parecido iluso, disculpen mi candidez. Al fin y al cabo, estoy en mi derecho a tenerla; aún sólo tengo veintisiete años.
Foto: Torres de Serrano. Periodista, médico y gestor miran el mismo punto desde diferentes lugares y de distintas formas.