Puntal dels Llops en Olocau
Los vestigios de lo que un día fueron grandes e importantes ciudades del mundo ibero como Edeta, Arse, Sait o Kelin son en la actualidad, restos arqueológicos en los que aun, todavía, palpita el paso de la historia. Caminos por el que mercaderes griegos y comerciantes fenicios transitaron en sus idas y venidas y que fue paso obligado entre el Mare Nostrum y nuestra península sembrada de diferentes pueblos que fueron el origen de lo que hoy somos.Estos yacimientos son, sin duda, grandes joyas de vidas vividas que invitan a ser pobladas, al menos, durante unas horas. Te esperan impregnadas de pequeñas historias que una vez, posiblemente, ocurrieron en sus calles, donde podrás escuchar voces de otro tiempo que te trasladarán en un viaje mágico contado por quienes mejor conocen estos restos, los arqueólogos que con pasión están haciendo posible que todo este patrimonio pueda ser disfrutado por todos como la gran herencia de nuestros antepasados que es.
Valentia Edetanorum nos concede muchos y maravillosos destinos alejados de la playa y sin necesidad de entrar en la gran urbe.
La "Ruta Ibérica Valenciana" se siente más viva que nunca. Pueblos como Edeta (la actual Llíria) que además posee una ruta equestre, cuenta con dos yacimientos importantes del mundo ibero: el Tossal de Sant Miquel y el Castellet de Bernabé, que coincidieron en lugar y tiempo con otra gran ciudad ibera que incluso acuñó moneda propia, la ciudad ibera de Kelin (en la actualidad Caudete de las Fuentes). Fortines iberos enclavados en parajes naturales con una riqueza paisajística digna de los mejores encuadres como el Puntal dels Llops en Olocau o el Molón de Camporrobles donde parece que el tiempo mantiene latentes las luchas que después se sucedieron entre iberos y romanos por el poder y el control de aquellas tierras.
Tossal de Sant Miquel en Llíria
Cada uno de ellos mantiene una identidad propia que son su sello personal, como el yacimiento del Tos Pelat en Moncada que es el único yacimiento para el estudio de la cultura ibera en su fase más antigua o la Bastida de les Alcusses en Moixent, donde se encontró uno de los símbolos más reconocidos y bien conservados de un exvoto, el "gran" Guerrero de Moixent, expuesto en el Museo de Prehistoria de Valencia.Transitar por la historia mientras contemplamos la naturaleza viva, recorrer los senderos e itinerarios en las diferentes rutas que están preparadas para que las puedas disfrutar en bici o paseando, es un regalo que la propia historia nos otorga y nos adorna con la naturaleza. Esta naturaleza, en ocasiones, nos hace el trayecto un poco más complicado porque algunos de estos yacimientos se encuentran en zonas escarpadas o de difícil acceso, lo que además, le otorga una visión espectacular cuando llegamos a coronarlo. Entre los siglos VI y II a.C. no debería resultar demasiado fácil enclavar pueblos, ciudades y fortines en zonas donde sólo tenían acceso las sombras del halcón peregrino, del ratonero y del águila perdicera y que en la actualidad se transforman en personajes y testigos privilegiados de la silenciosa vida actual de estos yacimientos.Jornada de puertas abiertas en Kelin (Caudete de las Fuentes)
Ese silencio, en ocasiones, se rompe con las pisadas de nuevos "habitantes" que quieren volver sobre lo andado, buscando el reencuentro con lo vivido y acercarse, un poco más, a sus orígenes, al punto de partida. Las visitas teatralizadas y las jornadas de puertas abiertas que se realizan en estos yacimientos alteran el silencio y la tranquilidad de las piedras que durante tanto tiempo han permanecido dormidas.Jornada de puertas abiertas en Kelin (Caudete de las Fuentes)
Por unas horas se transforman en bullicio, en risas y conversaciones que mantienen la ciudad despierta, como si el tiempo no hubiera hecho mella en ellas, como si la ciudad y sus gentes volvieran a la vida. Resulta realmente mágico y curioso como personajes inventados pero cargados de realidad, nos enseñan, en las diversas actividades que se organizan en estos yacimientos, cómo era la vida de estas familias en estas ciudades. Como realizaban sus tareas más comunes dentro del hogar, sus costumbres a la hora de vestir, de comer o de rezar.Sin duda somos lo que vivimos y nuestro país, como cuna de grandes civilizaciones, tiene un patrimonio cultural arqueológico que está esperando que nos acerquemos para volver a la vida. Los iberos dejaron sus huellas también en Cataluña, Bajo Aragón, en Albacete y Murcia y en Andalucía. No tenemos excusa para no concederles lo que nos piden. Ellos nos esperan cargados de historia, de leyendas, de personajes importantes o anónimos.Ellos nos legaron un capítulo de la historia con identidad propia.
El pasado y el presente nunca estuvieron tan cerca.