Valheim: Primeras impresiones

El ejemplo perfecto de la importancia de la jugabilidad por encima del aspecto visual.

Comencé mi aventura en Valheim en solitario durante mi primera sesión, la cual duró aproximadamente hora y media. En esta primera toma de contacto no encontré un juego demasiado divertido, parecía tener buenas ideas y poco más. Para la segunda sesión y las que siguieron (y seguirán, apenas hemos raspado la superficie de lo que ofrece el título) se unió otro compañero de la redacción, comenzamos una partida nueva y empezamos a explorar.

Fue entonces cuando entendí el potencial del juego que estábamos jugando, y lo cierto, es que en ocasiones he olvidado que se trata de un early access.

Lo primero que pensé fue en lo desfasados que estaban los gráficos, me recordaban por alguna razón a la época en la que jugaba World of Warcraft. Pero no podemos juzgar un libro por su portada, debía explorar las mecánicas del juego para poder empezar a formular una opinión.

Unas mecánicas sorprendentes.

Valheim no es un juego al que llamarías "bonito", pero tiene unas mecánicas muy bien pensadas. Los jefes, cuyo altares se encuentran dispersos por el mundo, son extremadamente originales. A pesar de que no los hemos encontrado a todos aún, puedo asegurar que cada cual se siente único. El sistema de crafteo también es muy interesante, conseguir materiales nuevos desbloqueará algunos objetos que pueden hacerse con ellos, por ejemplo, el primer jefe suelta cierto objeto que te permitirá crear una herramienta de suma importancia.

La forma en la que interactúas con el entorno es este juego es brillante, desde la forma en la que talas árboles (al talarlos los troncos caen y pueden dañar el terreno, piedras e incluso tumbar otros árboles) hasta los propios jefes, cuyos ataques derribarán todo cuanto se interponga en su trayectoria. Algunos árboles, por ejemplo, no pueden ser dañados por herramientas básicas, tendrás que encontrar materiales para conseguir algo mejor con lo que cortar, pero si un trol cercano "decide" echarte una mano...

Si hay algo que no termina de gustarme es el sistema de construcción. Me gusta la idea de tener herramientas con las que editar el terreno para ponerlo a tu gusto, sin embargo, las propias edificaciones son tediosas, hay que pensar bien como construir para poder poner un techo, creo que el sistema necesita ser más intuitivo.

Ahora hablemos del mapa, el mapa es enorme y procedural, diferentes biomas y muchos cuerpos de agua que tendremos que atravesar de diferentes maneras. Uno de los toques que nos cogió más desprevenidos fue la música que se activa pasado unos segundos en una balsa, poco se puede decir de esa pieza, aparte de ser simple y adecuada, añade mucho a la inmersión. Descubrir un nuevo bioma no solo significa que encontraremos nuevos materiales, sino que estamos más cerca de encontrar a un nuevo jefe. La exploración en este juego es espectacular y siempre te deja con ganas de seguir buscando y descubrir algo nuevo.

¿Vale la pena comprar Valheim?

Es difícil tomar una decisión, sobre todo cuando se trata de un Early Access. Lo que podemos decir es que a nosotros nos está encantando, hacía mucho tiempo que no podíamos disfrutar de un buen juego en cooperativo. Lo cierto es que nunca he sido fanático de los survival, en mayor parte porque la gran mayoría se centra en los aspectos PVP. Valheim no parece ignorar el PVP, pero sin duda no será gran parte de la experiencia.

Hay toneladas de contenido y originalidad en este juego, es por ello que puedo decir que recomiendo comprar este título pese a encontrarse en Early Access. Puedes adquirirlo a un PVP de 16,79 € en Steam.

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