Lo interesante de esta ruta es que te lleva hasta el pueblo de Salinas, en el Valle del Chota, zona de producción de caña y algodón, que antaño fue explotada por los jesuitas en el siglo XVII, y que al encontrarse en una zona baja y rodeada de montañas, tiene un clima más agradable. Al explotar brutalmente a los indígenas de la zona hasta casi aniquilarlos, se quedaron sin mano de obra, por lo que tuvieron que traer grandes cantidades de esclavos africanos, que se establecieron en esta zona del país y que aún perduran.
Las poblaciones negras de esta zona han mantenido algunas costumbres ancestrales, como el baile de la bomba, que se hace con una botella en la cabeza y bailando en corro. Bailes muy parecidos pude conocer en Mozambique. Esta experiencia me trasladó por unos momentos a mis años pasados.
























