“From the valley with love, hate, and other feelings”
Después de muchas lunas volvemos a escribir de una banda musical, y que mejor que comenzar de nuevo con ellos: En el ya lejano 2006 oímos por primera vez a los She Wants Revenge, el proyecto californiano con influencias pop-rock, post-punk, techno-pop y góticas conformado por Justin Warfield y Adam Bravin, quienes se dieron a conocer con el gran público vía su tremendo single de título Tear You Apart (uno de los mejores temas de ese año), que no podemos negar que cuando los escuchamos por primera vez pensamos al toque en Interpol, aunque luego de temas clásicos como la electrónica These Things o la darkie Sister, se ganaron un lugar en el universo indie.
Lanzado en mayo, Valleyheart es su tercer y nuevo álbum y Must Be The One es la canción elegida como su primer sencillo para un disco que se hizo esperar mucho (hablamos de cuatro años desde su segundo trabajo). Después de publicar su debut homónimo en el 2006 que tuvo una gran acogida, al año siguiente lanzaron la secuela del mismo con el título de This Is Forever, y decimos secuela por la relación de letras y música, además de las impactantes portadas que presentaron en blanco y negro. Ambos álbumes respetaban los estándares del post-punk y el oscurismo que tan de moda pusieron los revival de Interpol en la mitad de esta década.
Este nuevo disco significa un cambio de rumbo en su corta, pero fructífera carrera musical. Valleyheart es un disco más pop, no es tan oscuro que sus anteriores trabajos discográficos. ¿Razones? Puede ser que los cuatro años de pausa les hayan cambiado muchas cosas, ya sean sus tendencias musicales, sus experiencias de vida o simplemente quieren ponerse a tonear. Tan simple como eso.
Tuvimos que esperar casi 4 años para poder escuchar esta producción conformada por 10 temas y demostrarnos que a pesar del tiempo trasncurrido, y suponemos los problemas personales o de inspiración de Warfield y Bravin, ellos siguen esforzándose para seguir siendo reconocidos en el circuito independiente. La grave voz de su cantante Justin Warfield sigue siendo estremecedora y con ello los seguidores seguimos tras sus huellas.
Tras escuchar el disco, notamos que se mantiene un poco de esa oscuridad característica de sus dos entregas anteriores, pero con un sonido más fresco y variado hacia el sonido bailable, con ritmos y géneros que se mueven desde el alternativo y el new wave, hasta un “buen” pop. La banda suena renovada y menos forzada hacia la “oscuridad” que en This Is Forever del 2007, lo cual es un gran paso en cuanto a su paso a la madurez música y dejar de seguir siendo comparados con bandas como Joy Division o Interpol. Este es el momento preciso de ganar su propio espacio.
Sus dos primeros sencillos, Take The World y Must Be The One, demuestran es un disco que merece más atención por el gran público y ser disfrutado una vez tras otra, ya sea escuchándolo o haciendo el tono en la jato. A muchos puede ser que este giro que ha dado la música de la banda les caiga de un poco mal, sobre todo a los puristas, pero creemos que es una opción de saber hacia dónde van las bandas denominadas “post-punk” u “oscuras”. No son los únicos…