Revista Viajes

Vamonos pá la feria !!!!

Por Los Viajes De Milu Miguel Y Lucía @losviajesdemilu

Andando los siglos, aquellos concejos fueron poco a poco dándole a Sevilla su sabor, su talante, su compás y su sentido a base de ordenar las cosas y las gentes, de aderezar el perfil de las calles y las plazuelas, de dar servicios adecuados a cada realidad social... más o menos igual que ahora.

En el año 1842 Sevilla vivió momentos realmente difíciles. La ciudad se iba medio restableciendo de los quebrantos económicos que la invasión francesa dejó en el país y, ya en plena desamortización, se iniciaron incluso aventuras industriales.

En la isla de La Cartuja y en un convento confiscado a los frailes se inauguró una fábrica de loza y cerámica fina. La montaron unos ingleses y la trabajaron los sevillanos y las sevillanas.

A finales de ese año, octubre de 1842, un huracán dejó Sevilla arrasada. No estaban los sevillanos para muchas alegrías en aquellos días. Les hacía falta un revulsivo que les hiciera desprenderse de tanta sombra de crisis, de tanto pesimismo.

Y, quizás para intentarlo, a dos concejales del municipio ( uno de País Vasco y otro de Cataluña), se les ocurrió la idea genial: La de solicitar por escrito al Pleno la recuperación de las ferias de Sevilla, una en abril y otra en septiembre. Lo de recuperar tenía todo el sentido, que no en vano el permiso para celebrar ambas lo otorgó Alfonso X el Sabio en 1254, 6 años después de que su padre conquistara Sevilla. Los dos peticionarios fueron dos sevillanos de adopción, dos de los muchos inmigrantes que se enamoraron de Sevilla. José Mª Ybarra y Narciso Bonaplata.Y qué buena idea tuvieron.

VAMONOS PÁ LA FERIA !!!!

Así lo entendió el Pleno del Municipio que inmediatamente se puso manos a la obra y solicitó de la reina Isabel II "una feria anual en los días 19, 20 y 21 de abril", dejando la de septiembre para más adelante. Una comisión municipal estudió todos los pormenores, hizo sus presupuestos y lo presentaron para su aprobación a la figura equivalente a lo que hoy pudiera ser el delegado del gobierno, el cual impondría una sola modificación. Las fechas feriales deberían ser las del 18, 19 y 20 para no molestar a la feria de Carmona, coincidente en el tiempo con la propuesta inicial.

Y así nació la primera de los tiempos modernos. Se aprobó por el Ayuntamiento el día 18 de septiembre de 1846 y se inauguró el 18 de abril de 1847 en el prado de San Sebastián, con 19 casetas y con un éxito tal de público y de negocio que, ya al año siguiente, se dirigían los encargados de organizar la venta de ganado al municipio para pedirle una mayor presencia de agentes de la autoridad porque "los sevillanos y sevillanas, con sus cantes y bailes, dificultaban la realización de los tratos".

Sevilla, que venía siendo acuciada por un auténtico síndrome de penuria económica y de desánimo, encontró la solución con la Feria de Abril. Negocio, copas de manzanilla, cantes, bailes, alegría... Sevilla en pocas palabras.

Y desde esta perspectiva actual, en unas circunstancias más favorables, y, por lo menos y por ahora, sin huracán, se vuelve a mostrar la Feria de Abril como un bálsamo mitigador de pesimismos y depresiones.

La Feria de Abril, que en 2007 cumplió el 160 aniversario de su nacimiento, decretado por la Reina Isabel el día 5 de Marzo de 1847, se inicia como feria de ganado de 3 días de duración. Lo que comenzó como un evento puramente comercial, con el paso de los años el pueblo de Sevilla ha ido haciéndolo suyo, hasta llegar en el presente a considerarse como una de las más singulares expresiones de color y alegría a compás y donde el sevillano y aquellos que tienen la suerte de acompañarnos, recogidos en el hechizo de la primavera sevillana, disfrutan de la fiesta durante 6 días cada año.

La Feria de Abril en toda su historia ha tenido dos emplazamientos de tipo permanente. Inicialmente se instaló en el prado de San Sebastián donde se celebró hasta el año 1972 inclusive y a partir de 1973 hasta la fecha se viene celebrando en terrenos rescatados en su día al Río Guadalquivir dentro de la delimitación del Barrio de Los Remedios.

Desde prácticamente los primeros años, a parte de los corrales para el ganado, se venían acotando espacios que, formados por un ligero entramado cubierto con velas o toldos, inicialmente se utilizaron como zona sombreada en la que se refugiaban los tratantes para quizás cerrar las operaciones comerciales en las que se veían interesados. Estas "casillas" de lona fueron aumentando en la medida que los corrales de aquella feria comercial iba disminuyendo hasta llegar a nuestros días con la configuración de caseta de feria.

La caseta de feria cuenta con dos espacios perfectamente diferenciados, una parte delantera ó noble, abierta a la calle, donde se realiza la convivencia y una trastienda en la que se ubican la cocina, el bar y los servicios WC.

VAMONOS PÁ LA FERIA !!!!
VAMONOS PÁ LA FERIA !!!!

FUENTE: Archivo Histórico Provincial de Sevilla & Los Viajes de MiLu

Fotografías: Archivo fotográfico del Ayto. de Sevilla & Lucía


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