Con el pretexto de encontrarnos cerca de las tradiciones que honran a nuestros difuntos en México, como lo es el Día de Muertos y el Día de todos los Santos, tomaremos el fallecimiento de un ser querido como un elemento para pensar en relación a la infancia, sobre todo la primera infancia que es
donde se encuentran nuestros pequeños construyendo las bases de su identidad.
Se requiere tomar en cuenta el mundo actual en el que vivimos, es decir, la negación occidental de la muerte como defensa ante la angustia, vivimos en un mundo que va de prisa en pro del ideal de la eficacia donde se tiende a ocultar el dolor, por consiguiente a reducir el tiempo y momento del duelo ante una pérdida. Sin embargo, se ha investigado a través de los años que la existencia humana sólo adquiere sentido en relación a la representación de finitud, esto es independiente de la religión que se pueda tener y de la creencia de otra vida después de la muerte, se refiere más bien a que esta vida tal cual la conocemos tiene un final.
¿Cómo representan los niños una pérdida?
Los pequeños no quedan libres de experimentar la pérdida de un ser querido y cuando esto sucede el daño emocional puede ser particularmente grave debido a que su personalidad se encuentra en formación por lo que aún no cuentan con las herramientas de pensamiento ni emocionales para
soportar y elaborar una pérdida.
Aunque nos sorprenda lo prematuro de las experiencias que los seres humanos empezamos a simbolizar, la representación de la muerte está ligada a una representación de pérdida desde los primeros meses de vida, todos los niños desde bebés experimentan angustia de separación cada vez que la madre desaparece, aunque sea de forma temporal por minutos y después vuelva, es una angustia muy arcaica de un temor a ser aniquilado por la falta de un soporte que le dé sentido a todas a las sensaciones de bebé, no obstante no puede hacerse aún una representación completa de su mamá o de las figuras afectivas a su alrededor pero experimenta su presencia a través de su olor, su voz que le habla con afecto, sus caricias, la satisfacción de sus
necesidades y el despertar de su deseo de amor; su ausencia significarla pérdida de estos elementos que le empiezan a dar sentido a su existencia y a reflejarle su identidad.
Esto simboliza el origen de la representación de muerte en el niño. Sin embargo, el significado de la muerte tal cual lo conocemos como adultos se va construyendo en conjunto con la capacidad cognitiva de asimilar conceptos como lo irreversible, la no funcionalidad y la universalidad, por ejemplo, el ir reconociendo el espacio-tiempo como algo imposible de quebrantar en nuestra existencia humana es
también equivalente a realizar una operación lógica.
¿Cómo ayudar a un niño a soportar y elaborar una pérdida irremediable, como la muerte de un ser querido?
Es importante prestar atención a los niños cuando sucede el fallecimiento de un ser querido, hablarles con explicaciones sencillas y tranquilizantes, puede ser a través de cuentos, leyendas, e incluso aprovechar estas fechas para explicar mediante costumbres, ritos, metáforas y alegorías el significado de partir de la vida, sino se toma en cuenta esto, se puede generar mucha Incertidumbre en los pequeños, más si nunca se le habla de qué estaba pasando en el caso de un familiar enfermo o cuando se niega la realidad en el caso de un accidente inesperado, puede generar fuertes síntomas emocionales o psicosomáticos, también las explicaciones ambiguas donde se dice algo pero no se entiende casi
nada pueden dar lugar a una gran angustia.
Es importante recordar que la verdad por más dolorosa que esta sea, hay más posibilidad de elaborarla emocionalmente y ser resiliente cuando se tiene conocimiento, cuando hay palabras que reconstruyan una pérdida para darle sentido y aceptarla e incluso tener un aprendizaje positivo de esa experiencia.
Imagina todos los efectos positivos que puede generar el hablarle del fallecimiento de un ser querido a un pequeño, lo que le permite representar el trauma afectivo de perder a alguien que amaba. Por consiguiente, si afortunadamente el pequeño no ha pasado por el fallecimiento de un ser querido, también los rituales y costumbres de nuestra cultura o religión, con su valor imaginario y fantástico para los niños permiten trasmitir de forma amigable y hasta mágica lo que significa atravesar por lo inevitable, dándole a veces, hasta un valor sarcástico o humorístico que permite develar una verdad cruel y triste a través del chiste, por ejemplo con las Calaveritas literarias o de dulce que tienen escrito en la frente el nombre del difunto o de
personas vivas, en forma de broma.
Es por ello que jugar, bromear, contar cuentos y leyendas es una diversión muy seria que permite a los pequeños ir asimilando el mundo que les rodea con sus fortunas e inconvenientes, así como también ir reconociendo su lugar dentro de este mundo, representa peligros, dificultades y aprender cuidar de sí mismo; entre otros muchos beneficio.