Disfrutar de la playa es relajante, pero más lo es si lo hacemos de manera responsable. Nuestra piel y nuestro cabello sufren con el calor, con el agua de las piscinas o del mar. Se resecan y envejecen antes de lo que les toca. Así que cuidarlos es la decisión más inteligente.
La mejor manera de cuidar el cabello es con un sombrero para evitar que los rayos solares incidan directamente.
Tanto una pamela de algodón, un borsalino de rafia o una gorra de rayas, incluso un pañuelo. Pero además, un protector solar que lo mantenga hidratado.
Yo uso el Color Extend Sun Sparkling Shield de Redken. Es suave, no engrasa y huele de maravilla. Lo complemento al llegar a casa con el champú y la mascarilla AfterSun de la misma gama, que mantiene el brillo de mi cabello.
Para el cuerpo me gusta cambiar. El spray de Isdin es una opción muy cómoda para aplicarse la protección solar sin necesidad de mancharse de crema.
Pero Les Polysianes de Klorane tiene un aroma a tiaré que evoca el verano y la playa. Una leche que se absorbe rápidamente.
Aunque mi piel es morena, nunca bajo de la protección 30. Me bronceo igualmente pero con un color más dorado. Al ser un bronceado lento, no hay quemaduras ni "pela" la piel.
Para zonas más delicadas como el escote, siempre protección 50, de Isdin.
En cualquier caso, siempre ha de estar la piel exfoliada antes de comenzar las exposiciones solares prolongadas.
El rostro hay que cuidarlo algo más.
Pasada la treintena es conveniente buscar cremas más completas que luchen contra el envejecimiento. Bronze Goddess de Estée Lauder es estupenda.
Tiene un ligero tono irisado que evita las manchas blancas de crema. Se extiende muy bien y no es grasa. Del mismo modo, nunca bajo de la protección 30.
Y kilos de hidratante después de la ducha.
Además de mucha agua durante el día y un complemento mágico que refuerza mi piel y me aporta antioxidantes para contrarrestar los efectos del envejecimiento cutáneo además de proporcionarme un bronceado rápido y uniforme: beta-caroteno en cápsulas.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: abusar del tabaco, el alcohol o de las bebidas con gas mientras estás al sol. Es darle un poquito más de caña al asesinato de células.
De jovencilla todo vale, pero los 30 empiezan a no perdonar.
Exponerte al sol el mismo día en que te has depilado. Aparecerán manchas de las que te puede costar media vida desprenderte.Tomar el sol en pleno mediodía, sin sombrero ni sombra. Puede que te pongas morena antes, pero te aseguro que lo perderás mucho antes también.Olvidarte de la exfoliación.
Tan importante como la hidratación.
Llevar los pies hechos un desastre. En la playa la arena reseca, por lo que una buena hidratación cada día y arreglarse las uñas de manera habitual es una norma insaltable.En la playa también nos podemos culturizar. Aprovecha para leer una revista, un libro o escuchar música.
Lo encontrarás en: el neceser es de Dayaday. La gorra, de Oysho.