



"La meditación trabaja sobre los neurocircuitos de la concentración", explica Braidot, que duerme cinco horas diarias, medita por la mañana y por la noche y escribe bien temprano, en estado de trance. Brindó cursos en agencias de seguros y empresas globales, dirigió estudios de marketing y dio el puntapié inicial para la creación de la Neuroseguridad Industrial, un trabajo de campo que, ejercitando determinadas zonas cognitivas, apunta a aumentar la concentración sostenida de los operarios. Cuando puede, viaja a la India. La última vez, bajo un manzano, escuchó la arenga espiritual del presidente de la empresa textil más importante de Oriente. Lo que se viene, afirma, es la aplicación de conceptos de la física cuántica dentro del universo de la economía. Pequeñas partículas que cambian su consistencia molecular ante el observador. Reaccionan. O accionan, a la manera de Braidot.




