Revista Religión
Vamos caminando
hasta tu Ermita,
con sevillanas y fandangos
y gritándote vivas.
Hacemos el camino
de ida y vuelta
cruzamos camino y río
hasta llegar a tu aldea
unos te dicen ¡guapa!
otros ¡bonita!
Tós vamos peregrinando,
tós vamos caminando
contigo Pastora Divina.
La mañana se despierta
a la voz del tamboril,
y un pajarillo cantando
viene volando hacia ti
para decirte:
Pastora de mi alma, morenita,
contigo quiero morir.
Al son de las campanitas
Y un eco de sevillanas
Pastorcita va diciendo:
como te quiero mi pueblo
a ti, Pastora Divina,
nadie te puede querer.
En la corriente del río
vi tu cara “reflejá”.
Mi cuerpo se estremeció,
Y solo pude gritar:
¡Como tu cara,
Pastora de mi alma, morenita,
no se puede encontrar más!
Fco Javier Campos /José Manuel Sanz.