Revista Danza

¿Vamos de milonga?

Por Lorienold @lorienold

Bailemos5Si estás aprendiendo a bailar tango debes ir a una milonga.  Allí se ven los bailarines.  Y se aprende muchísimo viendo bailar a los buenos, o simplemente a otros tangueros.   Cuando bailas, la milonga te enseña a gestionar el espacio, a respetar los tiempos de los otros y a manejar la ansiedad. Es fundamental ir.

Olvida lo que hiciste en clase cuando vayas a la milonga.  En las clases debes ser analítico: allí repites movimientos, los descompones, los re-direccionas, le cambias la temporalidad, etc.  El espacio de la milonga es puramente emocional. Por supuesto que lo que aprendes lo vas a incorporar a tu baile poco a poco, pero tiene que llegar naturalmente. 

Recuerda que en la milonga no importa lo que hagas, o el repertorio de movimientos sino, más bien, que te muevas con tranquilidad y sutileza en la pista.  Sólo así vas a lograr fusionarte con la música y con tu pareja.

Y además en las milongas podrás escuchar tangos, porque para bailarlo bien hay que poder interpretar el carácter de la música. No se trata sólo de reconocer el ritmo. Eso es importante, claro, y a veces lleva tiempo poder coordinar el movimiento del cuerpo con el tiempo de la música. Pero un bailarín de tango debe aspirar a más que eso. Interpretar los pasajes melódicos, los momentos densos, las distintas frases en la música. Eso lo sentirás naturalmente si escuchas tango.

(Resumen de lo publicado por Luciana el 23 jul 2013 en Portfolio)


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