Revista Diario

¡¡Vamos, que nos vamos!!

Por Belen
Pues ya está casi todo listo. El miércoles confieso que me puse algo nerviosa, tenía la casa manga por hombro, una montaña tipo Everest de ropa para planchar, maleta para tres y mucha desorganización. Pero a día de hoy he conseguido un cierto orden que me está dando mucha tranquilidad.
Ayer tocó plancha, lavadoras, limpieza, organización gatuna. Todo ok. Hay que ver la de cosas que una tiene que hacer para marcharse unos miserables días. También tocó recoger el coche del taller. La semana pasada nos dejó tirados, esto que oyes un ruidín al que no das importancia y a los dos días ¡catapún! se fastidió la cosa. Tirados como perros nos dejó. Diagnóstico: alternador + batería. A lo que, ya que estaba ingresado, le hemos añadido revisión y parte al seguro por el retrovisor (que con la gaita de que es eléctrico vale un pico). Hemos tenido suerte y el pobre ha estado de baja solamente 7 días. Ya temía yo que me tenía que ir de vacaciones con el coche más pequeño. Pero no, así que todo en orden. La broma nos ha costado un ojo de la cara, pero el que tiene coche ya sabe lo que toca.
Para rematar el día subimos del trastero maletas, neceseres y cosas varias para empaquetar todas nuestras posesiones.
Y a ello me he puesto esta mañana. Y como en eso de hacer maletas no me gana nadie, en un pis pas estaba hecha, maleta del peque, del papi y mía lista. Y eso que me he dado el lujo de probarme combinaciones de ropa para llevarme lo imprescindible. Aunque confieso que no me llevo lo imprescindible.... Bolsa de calzado lista. Neceser a medio hacer. Solo queda hacer la bolsa de juguetes del peque, y planchar una colada que he recogido. Y chin pun lerele..... que nos vamos a la playita.
Luego a papi le toca la parte técnica: portátil, cámara de vídeo, cámara de fotos, DVD portátil para el peque.... Madre mía parece que nos vamos 3 meses y solo estaremos fuera unos díillas.
A todo esto mi (santo) padre practicamente se traslada a mi casa, se hace cargo de mi prole gatuna y así todos contentos. ¡¡Qué trajín!!
Y como al peque le pirra viajar pues no hay nervios ni nada, porque eso de montarse en el coche y ver una peli le chifla. Así que sin prisa, pararemos a comer en un restaurante que conocemos a medio camino y sin preocupaciones llegaremos para ver el partido de España.

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