En la actualidad, las tecnologías están cada vez más presentes en nuestras vidas y sobretodo, en las de nuestros hijos e hijas. Al ser nativos digitales pasan muchas horas usando pantallas, lo que permite que existan nuevos fenómenos como el vamping.
El vamping hace referencia a usar la tecnología por la noche, como si fuera un vampiro, de ahí que el término surge de la unión de las palabras del inglés vampire (criatura nocturna) y texting (escribir mensajes de texto). Es un mal hábito que cada vez se repite más entre los adolescentes.
Al quedarse hablando con amigos, viendo a streamers o enganchados a redes sociales como Instagram o TikTok hasta la madrugada, se genera una dependencia de las nuevas tecnologías. Esta situación hace que los más jóvenes pierdan horas de sueño y tengan como consecuencia, un mal descanso, produciendo somnolencia por el día e incluso, pudiendo generar problemas de insomnio a largo plazo. No dormir lo necesario hace que durante el día no puedan concentrarse, se encuentren cansados y con poca energía, reduciendo así su rendimiento académico.
De hecho, los adolescentes con falta de descanso presentan mayor incidencia de trastornos del estado de ánimo, hábitos alimenticios perjudiciales y mayor tendencia al consumo de estimulantes y tóxicos.
Muchas veces el control es difícil ya que simulan estar dormidos, pero realmente está compartiendo mensajes y vídeos en sus redes sociales o navegando por internet. Tener en cuenta que están en una etapa en la que su personalidad se está formando y resultan más vulnerables. Por eso, resulta un momento peligroso ya que, al no estar controlados, es cuando más casos de acoso, “sexting” (envío de mensajes de texto o imágenes de contenido sexual explícito a través del móvil u otros dispositivos electrónicos) e incluso de pederastia, se dan.
Pero, ¿podemos hacer algo para evitarlo? Lo principal es enseñarles un buen uso de las tecnologías desde pequeños, fomentando el autocontrol.
Dejar los dispositivos fuera de la habitación por la noche, evita la tentación de “un último vistazo” y el hecho de desplazarse hasta el dispositivo es una medida disuasoria eficaz, son buenas soluciones para evitar este vamping. Además, es recomendable fijar una hora para irse a la cama y desconectar las pantallas una o dos horas antes, destinando un momento previo a dormir en el que relajarse, con poca luz en la habitación y sin actividad, con el fin de bajar la actividad cerebral.
Y, por supuesto, da ejemplo con tus actos. Si tú cumples, es más fácil que ellos imiten y cumplan también. Y es que un buen descanso, nos ayuda a funcionar mejor y a sentirnos mejor.
La entrada (Vamping: ¿qué es y cómo evitarlo?), se publicó originalmente en Orientablog