El origen del vampiro como personaje literario y cinematográfico data de principios del siglo 20.
Si bien, a principio del iluminismo los vampiros y toda la parafernalia vinculada a su existencia tomó protagonismo mediante una fobia social (que relacionaba causas médicas y de respuesta anatómica natural), con la existencia de estas criaturas mágicas que equilibraban con su presencia el racionalismo y el cambio de eje en la existencia humana.
Enfermedades como: Catalepsia, Porfiria cutánea, Rabia, Lepra, eran interpretadas como manifestaciones del vampirismo a priori de concretizaciones patologicas.
La teoría del sudario masticado en los fallecidos por catalepsia, la estaca en el cadáver que resultaba en la exhalación natural del aire alojado en la glotis…
Han sido más influyentes en lo icónico del vampiro como representante del arte que el arte en sí mismo.
Horace Walpole fue el pionero en literatura gótica.
El Castillo de Otranto el primer atisbo hacia el género, más ésta obra se centra en la descripción de paisajes oscuros sin trama anecdótica.
Walpole adquirió el castillo en Otranto con el objeto de inspirarse en la narración de sus obras. El hecho de rodearse de paisajes húmedos, oscuros, profundos e insondables, generaban un ambiente propicio para la creación.
La entidad del vampiro como tal pertenece al inicio del vampiro cinematográfico.
Polidori en literatura Nosferatu…