Vaya batiburrillo de monstruos clásicos, todos mezclados sin sentido, en su vertiente menos terrorífica y con unos aires de haber llegado de verbena pocas horas antes de "ejercer el mal". El choteo es constante en cada escena, con esa acción loca, música de discoteca aflamencada, y unos efectos especiales de risa. Pero se lleva la palma ese guión, que por poner un ejemplo, deja a Drácula de locaza inútil, con su pelo Pantene, y sus novias gritonas y excesivamente gesticulantes. Aplausos en la cara para Sommers.
Mi Puntuación: 3.4