La portada del diario La Tercera se llena de fotografías y titulares con la noticia: en este momento acaba de subir el cuarto minero. Precisamente, el boliviano Carlos Mamani:
Y continuarán apareciendo los restantes. Cada uno con su rostro limpio, sonriente bajo el casco que reluce y con fuertes gafas de sol...
Y allí estarán las primeras autoridades chilenas para recibirles, y también muchos rostros anónimos. Tan anónimos que ni siquiera merecen la atención del fotógrafo. Valgan como ejemplo simbólico, los que en la fotografía de Carlos Mamani están a la izquierda: tres cascos blancos y un poco más hacia el centro, detrás, un casco gris...
Esos son los héroes que -al resultar anónimos, sin rostro- me parece y los veo como más héroes aún, en esta aventura que -una vez más- pone de manifiesto la dignidad de la vida humana.
Están muy bien las fotos y declaraciones de políticos de todo el mundo en primera página de todos los periódicos del mundo, que se congratulan y dan gracias a Dios y a la eficacia de los ingenieros y técnicos.
Están mejor esos anónimos bajo los cascos blancos y grises, haciendo su trabajo: están en primer plano, pero sin ser noticia. Un homenaje para ellos.
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