Crónica de Moisés Molina desde Vancouver
REPUBLICA CHECA 5 – LETONIA 2
El segundo encuentro del viernes, presentaba a priori un duelo bastante desigual, entre una de las potencias, uno de los llamados “seis grandes” – la Rep. Checa-, ante una selección que si bien es cierto, está apareciendo de manera regular en los últimos grandes torneos, aún le queda camino para contar con el peso y la enjundia que hoy por hoy representa Chequia en el concierto internacional.
Y esa diferencia pudo comprobarse a los dos minutos y medio de comenzar el partido. Tiempo que necesitó Chequia para adelantarse gracias a una gran jugada de Martin Erat que dejó el disco en bandeja de plata para que el joven jugador de los Boston Buins David Krejci, abriera el marcador. Menos de un minuto después, Milan Michalek volvía a anotar, en esta ocasión de sutil desvío con asistencias de Tomas Plekanec y Marek Zidlicky. Tenía visos la tarde de que podía ponerse fea para los letones y no precisamente en el aspecto climatológico, ya que hoy por tercer día consecutivo, nos hemos despertado con un sol que para si lo quisieran en buena parte de España por lo que me cuentan.
El tercero de los checos llegó por medio de Jaromir Jagr de poderoso slap desde la parte superior del círculo derecho del ataque, aprovechando la primera superioridad numérica del partido. Habían transcurrido cinco minutos y los checos ya se imponían por 3 a 0.
Afortunadamente para los letones, los hombres de Vladimir Ruzicka, parecieron compadecer a sus rivales y levantaron el pie del acelerador para alivio del portero Edgars Masalskis. Letonia incluso se atrevió con alguna que otra transición que no llegaron a culminar, más por desacierto en el tiro, que por intervenciones de Tomas Vokoun. La estadística de disparos lo decía todo a la conclusión de los 20 primeros minutos: 16 para los checos, por 4 de los letones.
El segundo periodo pareció reanudarse por derroteros similares a los últimos minutos del primer parcial, hasta que Tomas Kaberle aprovechó la situación de superioridad numérica, para recibir un gran pase del capitán Patrick Elias y conseguir el cuarto gol checo del partido. Los letones por su parte seguían teniendo problemas en el aspecto disciplinario y veía como una y otra vez, alguno de sus jugadores tenía que acudir a congelador. Suerte para ellos que los checos, como que no estaban mucho por la labor de hacer más sangre. A todo esto, capitulo aparte merece Jaromir Jagr. Es evidente que ya no es el que era, pero cada vez que entra en contacto con el puck, pasa algo. Sera cuestión de su grandeza o de su aura, pero volvió a sentar cátedra con cada toque, recepción o entrega de puck.
El primer gol de los letones llegaría justo al concluir una inferioridad y aprovechando la salida del banquillo de expulsados, Kristaps Sotkiens recibió un inteligentísimo pase de Vasilijevs, que se había percatado a la perfección de ese detalle y le habilitó con una maravillosa asistencia. Tampoco estuvo mal la definición de Sotkiens batiendo por bajo a Vokoun. Casi a continuación, la selección letona aprovechó una penalización cometida por Jagr para en el correspondiente power-play, anotar su segundo gracias a un disparo desde los 20 metros que desvío Girts Ankipans cuando hacia pantalla delante de Vokoun. Los checos de pronto vieron como su ventaja se reducía a dos goles a la conclusión del segundo: 4-2.
Nada más comenzar el último periodo, a los diez segundos para ser exactos, los letones ya tenían un hombre sancionado. Supieron neutralizar esa inferioridad, pero enseguida volvieron a cometer otra.
Cuatro minutos consecutivos para los checos en superioridad con el consiguiente desgaste en las piernas letonas persiguiendo sombras es dar demasiada ventaja a un equipo como el checo. Pero salieron bien del apuro al cometer una infracción Krejci y de repente se encontraron ellos con el power-play. Lástima que no se mostraran tan solventes en ataque con uno más, como si parecía que lo hacían defendiendo con uno menos. Cuestión de desequilibrio imagino y poca profundidad de banquillo. A todo esto, Vokoun se vio obligado a intervenir en un par de oportunidades donde le exigieron al máximo al portero de Florida.
Hubo momentos en el tercer periodo de hockey muy emocionante, con intervenciones de ambos guardametas -Masalkis sacó un mano a mano a Havlat que era el 5 a 2-. Los letones continuaban perdiendo, pero lo hacían con enorme dignidad y con una vergüenza torera extraordinaria.
Ninguno de los más de 17.000 espectadores que acudieron a ver este encuentro al Canada Hockey Place, habían imaginado a los 5 minutos de comenzar y cuando ya perdían por 3 a 0, que la selección de Letonia fuera a llegar viva al tramo final de la contienda.
Mientras que el locutor de la televisión pública letona se desgañitaba encima de mi cogote, desconozco si de la emoción o si pidiendo un esfuerzo más a los suyos, los letones volvieron a ver cortada su inercia psicológica por un agarrón y jugarían en inferioridad prácticamente lo que restaba de partido.
La República Checa terminaría llevándose el encuentro, a pesar de la valentía del entrenador letón que arriesgó quitando a su portero para meter al sexto patinador, y que como a su colega bielorruso en el anterior encuentro ante Suecia, le salió el tiro por la culata al aprovechar Elias el marco vacío para firmar el definitivo 5 a 2.
Ruzicka y los suyos podían pensar ya en reservar jugadores y energías de cara a su último compromiso del domingo ante Rusia. Los letones por su parte, se habían ganado el derecho a despedirse del hielo canadiese bajo una atronadora ovación, en reconocimiento al gran partido que realizaron ante un conjunto muy superior.
Letonia no se lo puso fácil a la Rep. Checa