Todos somos conscientes de que una vaya publicitaria al exterior y a pie de calle es el blanco más fácil y más atractivo para el vandalismo al más puro free-style. Y como no hay roto sin un descosido, hace unos días nos topamos con una diseñadora de Brooklyn que ha encontrado en este tipo de intervenciones callejeras una fuente de inspiración muy particular.
Lydia Cambron es una chica acostumbrada a viajar en metro diariamente, lugar en el que ha encontrado esta inspiración de resultados tan peculiares. Atraída por las clásicas y gamberras intervenciones en los rostros protagonistas de los anuncios, Lydia se entretiene fotografiando cada una que encuentra para después recrearlas milimétricamente en la vida real en su propio rostro y fotografiarse del mismo modo que el anuncio.
Los resultados poco se alejan del clásico arte moderno y contemporáneo al que estamos acostumbrados, a la par que crea una sensación extraña y perturbadora en el espectador.