Todos somos parte de la Madre Tierra
La referente india del ecofeminismo brindó una charla memorable, en el marco del FINCA, en la que expuso su visión en torno a las luchas populares contra el modelo agroindustrial.
por Benjamín Rocca
En el marco de las jornadas sobre Soberanía Alimentaria realizadas durante el 3er Festival Internacional de Cine Ambiental (FINCA), el lunes 6 brindó una charla en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, la filósofa y escritora india Vandana Shiva, quien desde hace décadas es la mayor representante y portavoz del movimiento ecofeminista. La tercera edición del FINCA, realizado previamente en 2010 y 2014, se desarrolló entre el 1 y el 8 de junio, y además de la proyección de películas de todo el mundo sobre temáticas ambientales, en esta ocasión contó con la presencia de figuras muy trascendentes, ya que no solo se presentó Vandana Shiva si no también la periodista y documentalista francesa Marie Monique Robin.
La Facultad de Medicina de la UBA fue el ámbito ideal para una jornada de estas características, ya que -como contó el decano Dr. Sergio Luis Provenzano-, la UBA es pionera en ofrecer una Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria desde la cual se promueve la alimentación saludable y se enseña la prevención de hábitos inadecuados. Además, el decano mencionó el rol que tiene la UBA como entidad auspiciante y promotora de la marcha de “Ni una menos”, y en este sentido, la directora del FINCA, Florencia Santucho, también resaltó la importancia que tiene el cine como vehículo de transformación social y de promoción de los derechos humanos.
Por su parte, la coordinadora de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria, Miryam Gorban, se refirió a la necesidad de realizar en Argentina un tribunal contra Monsanto como el que se constituirá en La Haya, y saludó a Shiva en nombre del investigador fallecido Andrés Carrasco. A continuación se proyectó el cortometraje brasileño “Semillas”, de Marcelo Engster, que refleja el modo en que una comunidad agrícola del sur de Brasil busca preservar con un banco de semillas la variedad de granos tradicionales, ante el riesgo de que sean modificados genéticamente y se pierdan para siempre.
Tras la exhibición de este cortometraje, la periodista y escritora Soledad Barruti comenzó su entrevista a la invitada ilustre, Vandana Shiva, cuyas primeras palabras también fueron para recordar el legado de Andrés Carrasco, uno de los pioneros en la investigación en torno a cómo afecta la contaminación con glifosato a los embriones humanos. Luego hizo un recorrido por su infancia y juventud en el Himalaya, recordando a sus padres que trabajaban en el campo y que tenían una gran avidez intelectual. La lectura de Albert Einstein ejerció una gran influencia en ella y aunque decidió estudiar física, su vida ligada al campo y a la agricultura nunca desapareció.
En los años ’70, Shiva atravesó una experiencia que marcó a fuego su vida, fue cuando ingresó a un movimiento de campesinas indias que se unieron para proteger a los bosques de la destrucción cada vez más feroz de las corporaciones que desembarcaban en la India. Como relató, la Revolución Verde para nada trajo paz ni fueron ciertos los beneficios que pregonaban sus impulsores, por el contrario, la paz la encontró en el conocimiento ancestral de ese grupo de mujeres para las cuales abrazar a los árboles era su único método de resistencia. Y, a partir de entonces, su lucha contra los intereses disfrazados de esa revolución fue inclaudicable.
HACIA UNA VERDADERA LIBERACIÓN
Para Vandana Shiva, el ecofeminismo consiste en terminar la violencia contra la tierra y contra la mujer, en un contexto donde tanto los hombres como las mujeres sean liberados del sistema patriarcal y capitalista. Un sistema que reemplaza las mujeres por máquinas y que niega su creatividad, como ella lo vivió en carne propia durante esa experiencia con las campesinas indias. La agricultura industrial es insuficiente en cualquier aspecto y no puede coexistir con la agricultura orgánica, tal como dijo Shiva, ese tipo de agricultura es sinónimo de guerra desde el momento en que los químicos de los fertilizantes tuvieron su origen en los químicos para el uso bélico.
Otras mentiras que para ella resulta indispensable denunciar, son las planteadas y defendidas por el discurso científico hegemónico, es decir, la ciencia mecanicista que comenzó con la Revolución Industrial y que reemplazó a la ciencia ecologista negando conocimientos milenarios. De manera más específica, expresó que “las empresas mueven mucho dinero para vender, a través de los científicos, ese tipo de ciencia. Coca Cola y Monsanto, por ejemplo, crecieron juntos gracias a la azúcar falsa y como una ‘asociación de fabricantes de alimentos’. Y cuando estas corporaciones tienen problemas cambian de máscara, Monsanto cambiará de nombre, pero los tóxicos continuarán”.
Pero hay otra ciencia que no es la de esa propaganda, y por eso Shiva creó una “Universidad de la Tierra” donde se ve que la verdadera esencia humana es ser ciudadanos de la tierra. En ese sentido, finalizó su exposición recordando el proverbio muy popular en México que dice “quisieron enterrarnos, pero no sabían que éramos semillas”, como uno de los tantos ejemplos de que, aunque los lugares son distintos, las luchas de resistencia son parecidas en todo el mundo.
“ES EL MOMENTO PARA DIFUNDIR ESTO”
La periodista Soledad Barruti, autora del libro “Malcomidos: Cómo la industria alimentaria argentina nos está matando” (editado por la editorial Planeta en el 2013), fue la encargada de entrevistar a Vandana Shiva en esta jornada realizada en la Facultad de Medicina de la UBA. Sobre la visita de Shiva y la influencia que ha tenido en Argentina, subrayó lo siguiente: “no creo que haya tenido hasta ahora una gran pregnancia su discurso porque en muchos lugares se desconoce, se conoce en un público y en otro no (…). Es el momento para difundir esto por todos los crímenes que estamos viviendo, el femicidio brutal y permanente que se padece en todo nuestro país de norte a sur. Entonces es el momento para entender que eso no viene solamente como una expresión urbana sino que tiene un contexto y una raíz mucho más pegada al sistema productivo que mantenemos que lo que creíamos”.