El gobierno ha sufrido un fuerte varapalo. Después de haber retrasado tres veces la votación de la Ley de Economía Sostenible (LES), y de intentar negociar hasta el último momento con CiU el apoyo a la ley Sinde, al final, no pudo evitar el fracaso.
El hecho de haber querido meter de rondón una ley tan importante, dentro de la LES, para que pasara desapercibida y se aprobara en la comisión, en vez de en el pleno, ha resultado un fiasco. Todos los demás grupos le han negado su apoyo. CiU ha hecho lo propio, sólo que a cambio de su posible apoyo pretendía cambiar cromos y que le aprobaran enmiendas que nada tenían que ver con la ley, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid…
Con la excusa de respetar los derechos de autor y por mandato del gobierno USA –según han demostrado los cables Wikileaks--, querían conseguir que fuera una comisión administrativa la que dilucidara si una web tenía que ser cerrada. Hoy es un gran día para la libertad de expresión.
Al final el gobierno se ha quedado con un palmo de narices. La LES pasará al Senado, sin la parte correspondiente al cierre de webs. La oposición ejercida desde particulares en la Red, que llegó a colapsar la web del Congreso, ha ejercido una notable influencia en la decisión final. Ésta es una buena lección, que debemos aprender: con suficiente presión popular se pueden parar leyes injustas.
Porque no es posible que una comisión nombrada por el ministerio de Cultura pueda decidir cerrar una web, antes de que el juez haya dictaminado al respecto. Hasta ahora ha habido más de cuarenta casos de denuncias de webs y ni una sola ha tenido sentencias de cierre. Y esto lo querían cambiar con la ley, conseguir lo que no han conseguido por la vía judicial normal.
Mientras, algunos próceres entre los artistas, tal es el caso de Alejandro Sanz, ha llamado cobarde a los políticos por no haber aprobado la ley. Un tipo que pretende dar clases de ética a los políticos y que sin embargo tiene residencia en Miami, donde paga sus impuestos. Eso se llama coherencia. Exige que unos políticos, a los que no paga, defiendan sus intereses. Hay que tener bemoles.
La guerra no está ganada, sólo la primera batalla. Porque el PSOE empujado por la industria cultural y por sus amigos yanquis no va a cejar en el empeño y tratarán de imponernos esta ley el año que viene. Estemos preparados.
Y qué decir de la ministra Sinde. Una ministra que no hace sino meterse en charcos y que la única ley de importancia que produce se la rechazan. No, no voy a pedir la dimisión de la ministra, ésta no se separa de la poltrona ni con agua caliente. Pero sí que resalto que en una época como la que vive el partido del gobierno, tener una ministra incompetente y perdedora es echar más leña al fuego. Ellos sabrán.
Salud y República