Revista Opinión
Ayer se cumplieron 38 años del asesinato a manos de ETA y en su puesto de trabajo, del bibliotecario de Ondárroa, José María Arrizabalaga Arcocha. El asesinado era, además, jefe de la Juventud Tradicionalista vizcaína. Algún chivato del pueblo comunicó a los asesinos la vuelta de la víctima, que llevaba tiempo ingresado en un hospital y había vuelto a su pueblo por las fiestas navideñas. Su hermano Miguel Ángel había sido alcalde de la villa marinera durante seis años y también sufrió un ataque en un comercio de su propiedad.
Cuenta Mario Onaindía en alguna de sus memorias (y cito sin el libro delante) cómo en Ondárroa se sacaban banderas españolas, creo recordar, a la calle para conmemorar a los hijos del pueblo muertos en el Baleares durante la guerra.
En 1977 el centro-derecha no nacionalista obtuvo en Ondárroa más de un 20% de votos en las elecciones general de aquel año: algo más de un 11% Alianza Popular y casi un 10% la UCD.
En las últimas elecciones municipales la marca electoral de Batasuna obtuvo en la villa un 53% de los votos. Los partidos no nacionalistas que presentaron candidatura obtuvieron un 1,61% el PSE y un 2,65% el PP.
Que no ha servido para nada la violencia, dicen...