Junio. El calor hace que se empiecen a arrinconar los abrigos para dejar paso a las camisetas de manga corta, los pantalones pirata y las gafas de sol. Por delante quedan dos meses donde la mayoría de los españoles, y no pocos turistas, eligen la playa como destino ideal para huir de las temperaturas asfixiantes y el agobio de la ciudad. Un momento para el descanso y, de paso, para la búsqueda de un bronceado perfecto. Pero, ¿sabemos cuál es el fotoprotector que necesitamos para conseguirlo y evitar las peligrosas quemaduras? ¿Cuáles son las radiaciones solares más perjudiciales?
Aunque se conocen los efectos nocivos de las radiaciones ultravioleta A y, sobre todo, B, existen también los infrarrojos A que, aunque menos conocidos, también repercuten en la salud de la piel aunque sus efectos no se sientan a corto plazo.
El sol es necesario para la vida. De toda la energía que genera, nos llega tres tipos: la luz visible, que no produce efectos nocivos, los rayos infrarrojos y los rayos ultravioleta. Gracias a estos últimos se sintetiza la vitamina D, necesaria para la absorción del calcio y para mantener los huesos fuertes.
Pero el sol también puede producir daños irreversibles en la salud. Hasta ahora, las consecuencias más conocidas eran las que producían los rayos ultravioleta, puesto que son los más nocivos, aunque sólo representen un 7% del total de la radiación solar. "Los de tipo A (UVA) penetran profundamente en nuestra piel y son los causantes principales del fotoenvejecimiento prematuro", explica Gastón Roustán, dermatólogo del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid). "Son los que se utilizan en las cabinas de bronceado y mucha gente piensa que no producen daño a la salud, pero se equivocan, ya que tienen un efecto indirecto, inductor, para ayudar a la aparición del cáncer de piel", comenta este especialista.
Aunque si se habla del 'coco' en cuanto a daños hay que referirse a los ultravioleta tipo B (UVB) que, a pesar de llegar únicamente a la capa más superficial de la piel, la epidermis, son los responsables de las quemaduras y los que tienen un efecto directo en la aparición del cáncer de piel. "Estos rayos son necesarios porque son imprescindibles para la síntesis de la vitamina D y porque nos dan una pigmentación permanente, pero hay que estar adecuadamente protegidos para captar únicamente lo beneficioso de esta energía", explica este dermatólogo.
-Los infrarrojos A
Sin embargo, en la última década se han multiplicado los estudios que alertan sobre los resultados perjudiciales de los rayos infrarrojos tipo A (IR-A), ya que, tal y como asegura el director del Instituto de Investigación en Salud Ambiental, Jean Krutmann, "hay que tener en cuenta sus efectos perjudiciales a largo plazo".
"El 45% de la radiación solar es infrarroja y es capaz de penetrar hasta 10 milímetros en la piel, es decir, que llega a la hipodermis", señala Aurora Garre, miembro del Departamento Médico de Laboratorios Cinfa. "Ésta es la que produce la sensación de calor y, si no estamos bien protegidos, a largo plazo, estos rayos provocan una lesión directa en los órganos celulares que son los responsables de suministrar energía a nuestra piel. Ello causa un incremento en los radicales libres, que si se acumulan en las células terminan provocando el llamado estrés oxidativo, lo que lleva a la destrucción del colágeno. Esto provoca desde alteraciones en las respuestas inmunes de nuestra piel, como sería la alergia al sol, hasta el fotoenvejecimiento. Pero además, se ha comprobado que también tiene un efecto promotor del cáncer", analiza Garre.
Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, el melanoma (el tipo más letal de cáncer de piel) es el responsable de la muerte de 800 personas al año en España, aunque ha disminuído su mortalidad gracias a las detecciones precoces. A pesar de esto, lo más preocupante para muchos expertos es que, lejos de disminuir su incidencia, cada año se multiplican por 10 los afectados.
-¿Nos protegemos bien?
"El 67% de los españoles utiliza la fotoprotección, pero el problema es que se usa mal, ya que muchas veces no compramos la adecuada para nuestra piel por creer, por ejemplo, que no vamos a conseguir el bronceado perfecto o porque sólo la utilizamos para ir a la playa y no durante todo el año. El resto de las personas, un 43%, ni siquiera se protege del sol", explica a Eureka Aurora Garre basándose en los resultados de una encuesta realizada por Cinfa.
Una afirmación con la que se muestra de acuerdo el doctor Roustán: "Las radiaciones las estamos recibiendo durante todo el año, pero la mayoría sólo utiliza estas cremas solares en verano". "Además otro factor que hay que tener en cuenta es que en los meses del año más calurosos hay que evitar la exposición directa en las horas donde hay más radiación –desde las 12 a las 17 horas–, ir protegidos con sombreros y gafas de sol e intentar ir con ropa amplia. Si esto se añade a las cremas estamos protegiéndonos de forma correcta", añade.
Ahora, viendo los efectos nocivos de los rayos infrarrojos, la mayoría de los dermatólogos y casas de fotoprotección buscan solución para paliar sus daños. Según el doctor Roustán, 2empiezan a aparecer cremas que ya contienen defensas contra los infrarrojos A, pero el problema es que éstos no están estandarizados como los rayos ultravioleta, algo que ayudaría a elegir la mejor crema para cada caso".
**Fuente: "EL MUNDO"
Revista Salud y Bienestar
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