Con este refrán exhorta don Quijote a Sancho a que ponga manos en el desencanto de Dulcinea, como puede verse en el primero de los pasajes citados en el número 82.
La Academia no incluye este refrán, pero acepta la expresión
-Vaya el diablo para malo.Con esa voz, dice, se exhorta a ejecutar alguna cosa prontamente para evitar inconvenientes o malas consecuencias.
En el Persiles se usa en un sentido algo conforme con el que explica la Academia, como lo demuestra el pasaje siguiente: "Si va a decir verdad, señores Alcaldes, tan marida es Mari Cobeña de Tozuelo, y él marido della, como lo es mi madre de mi padre, y mi padre de mi madre: ella está en cinta, y no está para danzar ni bailar; cásenlos y váyase el diablo para malo, y á quien Dios se la dio, San Pedro se la bendiga.
La Academia trae también la expresión, o adagio,
-Vaya el diablo para ruin.Y dice que suele usarse para sosegar alguna pendencia o discordia, y volver a conciliar la amistad. Indudablemente puede usarse con este objeto, pero no se limita el uso a este solo caso , como lo demuestran claramente dos distintos pasajes del Quijote de Avellaneda. Dice el primero: "¡Tenéis buen apetito de almorzar, Sancho amigo! Ese, dijo él, señor mío, gloria tibí, Domine, nunca me falta, y es de manera, que (en salud sea mentado, y vaya el diablo para ruin) no me acuerdo en todos los días de mi vida haberme levantado harto de la mesa." El segundo es como sigue: "Pues, Sancho, si vuestro amo ha de alquilar dos camas, una para mí y otra para vos, ¿no será mejor que nos ahorremos el real de la una cama, para comprar con él un gentil plato de mondongo y un cuartal de pan, con que os pongáis hecho un trompo, y vaya el diablo para ruin!"
Paréceme tiempo perdido el querer determinar con toda prensión el sentido de estas tres frases, expresiones, ó mas bien adagios, y que los tres pueden emplearse indistintamente para animar a la ejecución de alguna cosa, cualesquiera que sean las consecuencias, y Salga el sol por Antequera.