Revista Tecnología

Vehículos autónomos, ¿hacia dónde vamos?

Publicado el 23 diciembre 2016 por Instintobinario

Puede que el ejemplo más famoso, y quizá el más avanzado, sea el de los Google Car. Sin embargo, prácticamente todas las empresas automovilísticas, han realizado avances en el campo de los vehículos autónomos en los últimos años. Es una tecnología que no deja indiferente a nadie: o te muestras entusiasmado, o escéptico.

La pasada semana se han dado dos noticias que representan un paso muy importante en éste ámbito. Primero, Google anunció la salida de sus famosos Google Car de su división experimental GoogleX. Pasa, de ésta forma, a ser una división independiente dentro de Alphabet, llamada Waymo. Esto quiere decir que Google considera su tecnología suficientemente madura como para empezar a tratar de buscar líneas de negocio para la misma.

La segunda noticia es la aparición de vehículos autónomos de Uber en las calles de San Francisco. Hasta ahora, la circulación de vehículos autónomos por las calles de diversas ciudades, se había reducido a pruebas realizadas por las empresas desarrolladoras de ésta tecnología. Con la aparición de éstos vehículos de Uber, se pasa directamente a prestar un servicio basado en vehículos autónomos. Aunque el servicio sea, en cierto modo, experimental, ya no lo es a nivel tecnológico, sino del servicio en sí, para ver qué aceptación tiene por parte del público.

Diferentes enfoques en la carrera de los vehículos autónomos

Hay dos enfoques posibles en los avances de éste campo, y según la empresa, tomará uno u otro. Y es que muchas empresas, con Tesla a la cabeza, utilizan la conducción asistida como paso entre la conducción 100% manual (la realizada por el humano) y la autónoma.

Tesla Motors

Google, por su parte, considera que lo más seguro es quitar al conductor de en medio desde el primer momento. De ésta forma, los vehículos autónomos de Google, han perseguido serlo al 100% desde el inicio. Y no en vano, pues todas las empresas que realizan investigación en este ámbito reconocen que la mayor traba que se encuentran en sus pruebas son los conductores humanos.

Los humanos somos impredecibles en nuestras decisiones. Podemos ir conduciendo tranquilamente y, sin previo aviso, perdemos la paciencia y cometemos una imprudencia. Esto es una gran traba para los demás conductores, humanos o autónomos, pues introducen variables imprevistas. Pero los vehículos autónomos tienen más dificultad con ésto, y no por que no sepan cómo reaccionar.

Por lo general, los humanos tenemos tendencia a querer probar lo nuevo, como asegurándonos de que no falle. Esto provoca que muchos conductores, en presencia de un vehículo que saben autónomo, cometan más imprudencias, precisamente para “probarles”. “¿Parará a tiempo?”, “¿Me cederá el paso si no lo hago yo?”, “¿Cómo reaccionaría si me cruzo en su camino?”.

Entre éstos dos enfoques no hay ninguno que sea mejor que el otro. Gracias al enfoque de la asistencia de Tesla, ya tenemos coches con cierto grado de autonomía. Aunque eso provoca algunas situaciones de peligro debido a imprudencias cometidas por sus conductores. Como pasó en el muy comentado accidente en Florida con un Tesla que se saldó con la muerte del conductor debido a la imprudencia del conductor que ya se había grabado varias veces no prestando atención a la conducción y confiando en el coche más de lo que el propio fabricante recomienda.

Futuro prometedor

Descontando los poquísimos accidentes que se han reportado, la conducción autónoma avanza a buen ritmo. Naturalmente, estos accidentes tienen una gran repercusión mediática, pues todos los ojos están puestos en el comportamiento de éste tipo de vehículos.

En el futuro, la evolución y mejora de éste tipo de sistemas nos llevará a la progresiva eliminación de los humanos de la ecuación de la conducción. Al menos es la visión que yo tengo. No es fácil prohibirlo del golpe, ya que éste tipo de tecnología, de momento, es cara. No todo el mundo que puede permitirse comprar un coche, puede permitirse comprar un vehículo autónomo.

Yo creo que la eliminación de los conductores humanos será poco a poco, pero sucederá. Primero vendrá de mano de los propios conductores. Una vez vean las ventajas de los vehículos autónomos en funcionamiento, desearán poder aprovecharlas también. Y esa tecnología se irá abaratando, por supuesto. Y más adelante, habrá iniciativas gubernamentales dirigidas a fomentar el uso de vehículos autónomos. Puede que incluso lleguemos a tener leyes que prohíban el uso de vehículos no autónomos.

calles con vehículos autónomos

Cuando los vehículos autónomos sean los únicos que circulen en las calles, por supuesto, el paisaje de las mismas cambiará radicalmente. Dejaremos de ver enorme filas de coches aparcados junto a la acera, con lo que ésta se podrá ampliar. Así se dará espacio a otro tipo de servicios o para más comodidad de los peatones.

La señalización de las calles desaparecerá, pues los sistemas de conducción conocerán las normas de cada lugar sin necesidad de señalización. Y si me permite: las señales de tráfico son horrorosamente feas como elemento decorativo, además de terriblemente molestas en la acera. Lo semáforos seguirán el mismo camino, pues unos coches podrán comunicarse con los otros, optimizando las paradas y evitando estar parados cuando no hay nadie más circulando. Los pasos de peatones tampoco serán necesarios, ni la señalización horizontal, otros elementos bastante feos. Los peatones podrán cruzar por determinados lugares (quizá por cualquiera) y los vehículos los detectarán y pararán el tiempo justo y necesario para no atropellarlos.

El vehículo autónomo como servicio

Y todo ésto son solo ejemplos en cuanto a necesidades de las ciudades que ya no habrá. Hay otros cambios que obedecen a la forma en que pensamos en el transporte. Con los vehículos autónomos, ya no necesitaremos poseer un coche propio.

En cambio, todos los vehículos pertenecerán a grandes flotas en manos de empresas prestadoras de servicios. Más o menos como hoy pasa con los autobuses. Éstas empresas prestarán un servicio de transporte que pagaremos según el uso que le demos, en lugar de tener un vehículo en propiedad exclusiva que no usamos la mayor parte del tiempo. Éste servicio, sustituirá a los actuales taxis, y costará bastante menos, ya que el servicio estará optimizado al máximo. Además de que estos vehículos serán eléctricos.

Por otro lado, de ésta forma, podremos encargar un vehículo diferente para cada situación: vehículo de carga, vehículo para 1 o 2 personas, vehículo para 15 personas, etc. Y no solo podremos pedirlo en el momento, nos permitirá adelantar nuestras necesidades. Por ejemplo: todos los días salgo del trabajo a las 14 horas, necesito que un vehículo me espere en la salida a las 14:05 para llevarme a casa. De ésta forma evitaremos esperar a que nos recoja, y también podremos compartir el vehículo con gente que trabaje y viva en un trayecto similar al nuestro, abaratando el precio de su uso.

Pero la conducción manual no desaparecerá. Yo creo que hay determinadas circunstancias que los humanos seguiremos haciendo mejor que las máquinas durante bastante tiempo. Por ejemplo, analizar escenarios que con muchos cambios inesperados y adelantarnos a determinadas cosas. Así que los vehículos de emergencias, como ambulancias, bomberos, o policía, pienso que seguirán siendo conducidos manualmente. Por supuesto que habrá protocolos para que todos los vehículos autónomos de su ruta se aparten para dejarles paso en las emergencias. Además de que seguirá siendo una actividad recreativa, por supuesto: se podrá ir a circuitos donde podrás conducir por un tiempo pagando el precio (algo así como un Karting de hoy).

vehículos autónomos

Conclusión

Los vehículos autónomos son el futuro, nos pongamos como nos pongamos. Han llegado para quedarse y para demostrar ser mucho mejores que los humanos en su tarea. Por supuesto que habrá detractores, al menos hasta que funcionemos con ese nuevo sistema de forma totalmente normal. Pero eso ya lo hemos visto a lo largo de la historia con otros inventos revolucionarios (como internet, ¿verdad?).

Puede que el futuro que he descrito no llegue mañana, llevará si tiempo. Y puede que no sea exactamente tal como lo he descrito, ¿quién sabe qué tecnología aparecerá dentro de 3 o 4 años? Lo que sí es seguro es que el modelo de ciudad que conocemos hoy está destinado a desaparecer. Y no será en un plazo de siglos, sino décadas como mucho.

Mucha gente se muestra escéptica al respecto, pero, a pesar de todo, yo me mantengo optimista. Es más, lo veo como un futuro deseable. Un futuro en el que no tenga que emplear mi tiempo en algo que una máquina puede hacer por mí mucho mejor, y mientras tanto, poder trabajar con un ordenador portátil, hablar por teléfono, dormir o leer.

¿Cuál es tu opinión? Sería bueno ver qué piensa cada uno y si éste futuro es no sólo realizable, si no deseable desde el punto de vista de la mayoría.

El artículo Vehículos autónomos, ¿hacia dónde vamos? apareció por primera vez en Instinto Binario.


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