¿Por qué nos gusta tanto la velocidad? ¿Tan importante es llegar cuanto antes a nuestro destino? Quizás es que carezcamos de destino claro y simplemente huyamos de nuestra propia insatisfacción personal.
Las carreteras y las calles de las ciudades están llenas de coches potentes y rapidísimos de los que, en principio, sólo pueden usarse una pequeña parte de sus prestaciones.
Creo que deberíamos pensar en disfrutar más del viaje, suele ocurrir que nuestra meta final sea menos interesante que el proceso de llegar hasta ella.
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