Marchó sin ser notado... el verano.
Y eso que ha sido largo y pródigo (climatológicamente), permitiéndonos la zambullida diaria en
las magníficas playas de Arnao y Penarronda,
pero...
la mitad de la familia ha emprendido el regreso a Barcelona.
Quedamos aquí Adrián y yo.
Adrián llegó a Asturias hacia el 10 de agosto porque este curso (aparte de las materias habituales) ha trabajado de firme en un proyecto: construir un coche de carreras.
(Me escapé unos días de julio a BCN y me dio mucha pena: cómo se mataban estos chicos, considerando el futuro que les aguarda)
En la foto superior los vemos montando el Fórmula 54 en el patio de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de BCN, un amaneces de primeros de agosto.
En Hockenheim, entre el 4 y el 8 de agosto, se celebró el encuentro, o la competición.
(Adrián está en segundo plano, hacia el centro: Timidez)
Considerando que este proyecto no lleva mucho tiempo en marcha, nuestros muchachos dejaron muy alto el pabellón de la ETSIB 8por delante de Madrid, en cualquier caso, que es una premonición de otros campeonatos en ciernes. Ya hablaré).
Jordi el intrépido, en la Hora H.
El año que viene (5º de carrera), construirán un logotipo de Coche eléctrico.
Yo prometo conducirlo.
Y me sentiré como una reina.
Ya os contaré.