Jesús Serna inicia la promoción de su nueva recopilación de relatos en su tierra, Albatera (Alicante)
Fuente: Facebook de Jesús Serna
¿Qué nos puede contar de su segundo libro de relatos, Velódromo?
Velódromo comienza a gestarse con la publicación de Girasoles en Venecia, a finales de 2013. Surge de la necesidad de reflejar la fragmentación de un mundo quebrado, tanto exterior como interiormente. Son relatos, sí, pero concebidos como una totalidad. Los relatos, sus aristas, se incrustan unos con otros hasta formar el mosaico, el caleidoscopio. Considero Velódromo como el reverso de Girasoles, ambos conforman una suerte de díptico astillado.
Suponemos que, decidido a publicar esta segunda obra, tuvo que hacer una selección de relatos. ¿Qué criterios siguió en esa selección?
El principal criterio de selección es el que marca el tiempo. El texto como larva que sufre un proceso de metamorfosis. Si gira el reloj y el relato sigue siendo consistente se queda. A veces, pasado unos meses, el relato se ha convertido en un azucarillo. En tal caso, se queda fuera.
De cualquier forma, hay tres líneas temáticas que atraviesan el libro: la memoria, la entraña y el cine. El tema, aunque en menor grado, podría ser un segundo criterio de selección.
Pensando en los relatos que quedaron fuera, ¿qué destino les espera? ¿Tendrán otra oportunidad de llegar a los lectores?
Los relatos que quedan fuera seguirán su proceso de cambio natural, llegará su momento. El epílogo del libro, “Tríptico del cielo errante”, supone una revisión libre de “Preciosa y el aire” de Lorca. Han pasado cerca de diez años desde que trabajé el romance de Lorca por primera vez. Nada tiene que ver aquel texto con el “Tríptico” y, sin embargo, ambos surgen de una misma inquietud. La oruga, la crisálida, la mariposa.
¿Por qué se decidió por el título Velódromo?
De alguna manera vivimos en una suerte de velódromo, en una pista de velocidad. Todo urge. No se trata de que el tiempo nos engulla, sino más bien de que nosotros queramos devorar al tiempo. La premura del ahora. Por eso, Velódromo. Porque no podemos dejar de correr. El velódromo, además, se agrieta.
Y, ¿podría desvelar la relación o hilo conductor entre el título y la imagen de portada?
La imagen de portada es obra de Jtxota, unos buenos amigos fotógrafos. Juegan con el velo y con la desnudez, bien presentes en el libro. Parten de los relatos, pero la creación es suya, libre. Y me encanta, por cierto.
Todas esas decisiones, título y portada, ¿han sido tomadas por usted o participadas de la editorial Sol de Sol?
El título es cosa mía. La imagen de portada de Jtxota. Y el diseño un excelente trabajo de Sol de Sol.
Y, ya que hemos citado a la editorial, ¿cómo llegó a ella? ¿Ha quedado satisfecho con la colaboración?
El abanico de sellos de autoedición es cada vez más amplio. Y no todos te entregan lo que prometen. En Sol de Sol han mimado la edición del libro. Sol, además, tiene un trato cercano y profesional. No he podido quedar más satisfecho. Volveremos a colaborar.
La presentación del libro será el próximo 29 de junio en Albatera. ¿Cómo le gustaría que se desarrolle el acto?
La idea es pasarlo bien. Me gusta comenzar la rueda de presentaciones en casa, entre amigos. Hemos preparado una velada con música en directo, teatro, danza y, por supuesto, literatura. No concibo las artes como establecimientos estancos y en base a esto hemos desarrollado la presentación. Cuando la literatura salta del libro pueden suceder cosas maravillosas.
¿Tiene previstas más presentaciones?
Sí, esta misma semana asistiré a un encuentro de autores en Los Alcáceres y a la Feria del Libro de Alicante. Y también tenemos cerrado un evento en Almería. Tras el verano, continuaremos la ruta: probablemente Granada, Valencia, Málaga, Madrid, etc. Nuestra intención es ir sembrando semillas.
Si algún lector estuviera interesado, ¿cómo podrá conseguir un ejemplar de su libro?
Lo más sencillo es comprarlo a través de la web de Sol de Sol (www.editorialsoldesol.com) y, en los próximos días, también a través de mi página personal (www.jesussernaquijada.com). También se encuentra disponible en librerías de Alicante. Y, por supuesto, en cada una de las presentaciones.
Leyendo su blog también hemos descubierto que participó en la última Muestra de Teatro Escolar de Orihuela. ¿Qué destacaría de su faceta como dramaturgo?
Durante los últimos cinco años he participado en la Muestra con diversos grupos. Me gusta trabajar con ellos la imaginación. Mis textos, que suelo escribir junto a Mari Carmen Riquelme, giran todos en esa línea: proponer supuestos inconcebibles. Luego ensayamos duro durante meses. Lo mejor de todo es que los niños nunca dejan de sorprenderte.
¿Qué se siente cuando se ven representadas las obras que ha escrito uno?
El momento en que termina la función y se suceden los aplausos es tan especial… Sobre todo porque los niños se sienten satisfechos, recompensados. Ese es el objetivo propuesto cada curso, que disfruten y sientan la magia del teatro en su interior. Lo que me interesa, más que los textos en sí, es ver cómo crecen esos pequeños actores y actrices sobre el escenario.
¿Hay diferencias en su estilo de escribir según el género en el que está redactando?
Evidentemente, aunque no tanto por el género como por el receptor. La literatura infantil te abre un abanico inmenso de posibilidades. La literatura para adultos es otra cosa. Velódromo, por ejemplo, está cargado de imágenes eróticas y desgarradoras. Forma parte del amor y de la denuncia que propone el libro. Eso no tiene cabida en una obrita para niños. Nunca. Pero no debería ser algo sorprendente.
Para acabar, ¿qué libro recomendaría a todos los amantes de la lectura?
Movimiento perpetuo de Augusto Monterroso, todo un clásico de la literatura breve. Ampliación del campo de batalla de Michel Houellebecq, lo terminé hace unos días y deja huella. Y también No somos refugiados de Agus Morales, si queremos entender un poquito mejor cómo funciona el mundo.